Investigan el brutal ataque a tiros contra un verdulero de City Bell

Le dispararon frente a sus dos hijos y un sobrino de 11 meses. Lo vinculan con un fallido intento de robo del viernes pasado

FRENTE A ESTE LOCAL DOS DELINCUENTES EN MOTO DESATARON LA LOCURA, ANTE DOS NIÑOS DE 3 Y 4 AÑOS Y UN BEBÉ DE 11 MESES

“¿Qué vamos a comer? ¿Pedimos una pizza?”, se preguntaban los encargados de una verdulería de City Bell. En el medio de esa charla trivial, cuando el negocio ya estaba cerrado, aparecieron dos jóvenes que frenaron a metros del local. No pidieron plata ni otra cosa para llevarse: sólo hubo gritos y una ráfaga de cuatro tiros disparados a metros de los dos hijos de la víctima, el dueño del comercio, al que hirieron de bala en las piernas.

Como se anticipó en la edición de ayer, el incidente pasó a las 21.45 del lunes en 487 y 28, cuando los dueños del negocio y algunos familiares estaban en la vereda.

De repente, dos jóvenes detuvieron la moto en la que habían llegado desde 486, y uno de ellos se bajó. En cuestión de segundos, ya se lo veía con un arma en la mano.

No hubo pedidos de dinero ni tampoco amenazas. El agresor, de entre 20 y 22 años, vociferó algunos sonidos que para las víctimas fueron incomprensibles.

“No nos dijo nada, solamente nos gritaba. Vino de manera violenta, a atropellarnos”, describió María Rodríguez (28), la dueña de la verdulería y esposa del herido de bala.

El tirador apuntó su pistola a Juan López (37) y le descargó al menos cuatro disparos, según lo que reconstruyeron las víctimas horas después. Uno de los plomos rozó la canilla de la pierna derecha al dueño del negocio, siguió su recorrido y terminó alojada en la pantorrilla de la otra pierna. Pasaron pocos instantes hasta que los delincuentes dieron media vuelta y se fugaron.

las hipotesis

María reconoció que al momento no tiene certezas de por qué el tirador los agredió de esa forma, aunque no descarta que guarde relación con un intento de robo fallido ocurrido en ese local el viernes pasado. Aquel día los encargados del negocio advirtieron que les estaban por robar y alcanzaron a salir a la calle por una puerta lateral. Cuando el delincuente vio que lo habían descubierto, se fue con las manos vacías. Por eso, la primera explicación que encuentran las fuentes policiales de la jurisdicción es que podría haberse tratado de una venganza.

La otra hipótesis, menos fuerte por la distancia que separa a los potenciales agresores, apuntaba a unos vecinos de la madre de Rodríguez, que viven en Altos de San Lorenzo y que ya les propinaron distintas amenazas “sin motivo” a ella y a su círculo familiar.

Entre tanta incertidumbre, López ya recibió el alta médica, aunque sigue dolorido y con la bala en su pierna. La otra certeza es que todo pudo haber sido una tragedia: a metros de la balacera, quienes miraban todo eran los hijos de los comerciantes, de tres y cuatro años, más un sobrinito de 11 meses.

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