Descontrol barrabrava se cobró otra vida

EL LUGAR DONDE SE PRODUJO EL FATAL ENFRENTAMIENTO

El ataque de barras de Dock Sud a hinchas de San Telmo produjo ayer la segunda muerte con el deceso de Javier Araujo, el joven que agonizaba en el hospital Argerich con un disparo en el abdomen.

La muerte de Araujo, de 29 años, se suma a la de Daniel Sánchez, de 28, cuyo deceso se produjo minutos después del ataque de barras de Dock Sud a los hinchas del “Candombero” que estaban mirando en pantalla grande el partido ante Cambaceres en el club barrial El Resurgimiento.

En una semana murieron cinco hinchas de fútbol, tres por la violencia entre barras, ya que días atrás fue ultimado un simpatizante de Almirante Brown, y dos fallecieron al caerse de tribunas, en Córdoba y Temperley.

El domingo, antes del partido ante Tigre, hubo un cruce violento entre barras de Boca que ahora tiene a todos sus capos libres.

Un tercer herido del ataque del lunes se recuperaba en el hospital Fiorito, de Avellaneda, de un balazo de goma en el rostro, presuntamente producto de la represión de la policía.

El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, repudió la violencia en el fútbol y pidió el “mayor rigor en las penas” a quienes calificó de “asesinos”. Pero también reconoció la frecuencia de violencia y muerte en torno al fútbol, pese a las medidas que toman los organismos de seguridad, entre ellos el que está a cargo de la Nación.

“Siempre ocurren hechos de esta naturaleza”, admitió el ministro coordinador en su conferencia matinal en la Casa de Gobierno.

Las muertes se siguen sucediendo pese a la prohibición de asistencia de hinchas visitantes a las canchas.

Tras la muerte de Sánchez, entrenador de fútbol de chicos de El Resurgimiento, en la puerta del porteño Hospital Argerich se esperó el restablecimiento de Araujo, quien al momento del ataque estaba acompañado por su hermanito.

El que habló con los periodistas fue Juan, el suegro de la víctima. “Los médicos nos dieron pocas esperanzas porque la bala afectó varios órganos vitales. Nos dijeron que no funcionaba ningún órgano, pero pasó la noche y está estable, eso es bueno”, dijo el hombre. Pero a las horas, Araujo no pudo recuperarse y se produjo el deceso.

“Javier no era un barrabrava, iba con sus hijos a la cancha”, afirmó Eugenia, quien dijo ser amiga de Araujo, pero también contó crudamente que tras un primer ataque, los barras de Dock Sud volvieron sobre sus pasos “para matar”.

Mientras, el presidente de Dock Sud, Aníbal Campanini, deslindó responsabilidades del hecho y dijo que cumplen con los requisitos de las autoridades. Admitió que le “habían comentado” sobre un supuesto “pacto” de no agresión entre los capos de las barras.

En tanto, el vice de San Telmo, Fabián Lovato, dijo que los atacantes echaron por la borda el trabajo por la convivencia. “Trabajamos mancomunadamente con la dirigencia de Dock Sud y habíamos dado un paso importante en tratar de convivir y que la disputa fuera sólo de 90 minutos. Queríamos dar ese mensaje y estábamos muy contentos por eso. Lo que pasó ayer (por el lunes) tiró por tierra todo el trabajo que hicimos”, aseguró.

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