Sin decir una palabra, jubilado de 84 años apuñaló a su vecino

Habría imaginado que la madre del herido, que está internado, saltó la medianera para robarle. La mujer tiene 74 años

CARLOS CORREA, PADRE DE LA VÍCTIMA, DIJO QUE EL AGRESOR “HACE 25 AÑOS QUE TIENE ESTAS ACTITUDES”. ELLOS EVITARON QUE OTROS VECINOS QUEMARAN LA CASA DEL ATACANTE: “ES JODIDA LA SOLEDAD”, OPINÓ

Algunos dicen que alucina, otros, que sufre del mal de Alzheimer, y también se comenta de él que tiene una locura lisa y llana. Los motivos aparecen confusos, pero el resultado es palpable. En un rapto de violencia que lo llevó a enajenarse, un jubilado de 84 años fue a reprocharle un supuesto robo a su vecina.

Lo hizo con una cuchilla en mano, directo para apuñalar al primero que le abriera la puerta, cuentan los testigos. Y el resultado fue que un hombre de 52 años, que no alcanzó a esquivar la estocada, terminó con un corte profundo en el abdomen que por poco no le costó la vida.

Todo pasó en 23 entre 79 y 80, cuando eran poco más de las 16 del miércoles. La acusada por el supuesto robo era la mujer de 74 años que vive justo al lado del agresor. “Decía que ella saltó la medianera y le fue a robar. Es una alucinación que nadie puede entender”, opinó uno de los nietos de la que, en el delirio del atacante, sería la supuesta ladrona.

Decidido a cobrarse una venganza implacable, el jubilado dio el portazo, salió a la vereda y tocó el timbre de la siguiente casa. El que le abrió fue Sergio Gustavo Correa, el hijo del matrimonio que vive allí, que no desconfió de la llamada que hacían desde afuera.

Sin titubeos, el agresor “no pronunció ni una palabra”, apretó bien fuerte el mango de la cuchilla y se la hundió por lo menos una vez a Correa en el abdomen. Su vehemencia era difícil de domar: “Eramos tres y no había manera de tenerlo quieto o sacarlo de ahí”, aseguró Carlos, el papá de Sergio.

El filo del arma blanca y el impulso del jubilado se conjugaron para que la víctima sufriera lesiones en el hígado, muy cerca del estómago.

Las cuatro horas que debieron trabajar los cirujanos del hospital San Juan de Dios son la evidencia de que las lastimaduras internas que presentaba Correa eran en principio delicadas. No obstante, la intervención médica fue decisiva para que ahora se encuentre fuera de peligro.

En paralelo, otro que luchó para evitar una tragedia fue Carlos: “Todo el barrio se enfureció con este hombre y le quería prender fuego la casa. Tuvimos que cubrirlo hasta que se lo llevara un patrullero”, señaló el padre de Sergio.

Al agresor ahora lo acusan por intento de asesinato. Al parecer, sería un ítem más en un prontuario que ya incluiría otros episodios de la misma clase.

Carlos aportó su conclusión al caso: “Hace 25 años que tiene estas actitudes. A mí ya me quiso atacar igual varias veces pero le esquivé las cuchilladas. El es así: un día te saluda lo más bien y al otro está agresivo. Hace mucho que la familia no se quiere hacer cargo de él. Es jodida la soledad”, remató.

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