Encañonaron a las empleadas y se llevaron la caja completa

Fue en la panadería de 19 y 47. “Estamos acostumbradas”, dijeron las víctimas

LA PANADERÍA FUNCIONA A PUERTAS CERRADAS, PERO AL MOMENTO DEL ROBO ESTABAN ABIERTAS

Los motochorros siguen siendo el principal dolor de cabeza de los comerciantes locales. Ayer, una panadería ubicada en las inmediaciones de Plaza Malvinas fue asaltada bajo esta modalidad. “Ya casi que estamos acostumbradas”, se resignaron las empleadas. El hecho sucedió en la panadería Estwal, ubicada en la esquina de 19 y 47. A pesar de haber cambiado de nombre con el correr del tiempo, hace ocho años que la panadería funciona allí.

“Yo contabilizo diez robos en el último tiempo”, calculó Marcela. Ella estaba atendiendo ayer, junto a su compañera Silvana, cuando los ladrones entraron. Fue cerca de las 15.30. Estwal suele funcionar a puertas cerradas, pero al momento del robo la puerta estaba abierta de par en par porque “se estaban yendo los panaderos”, aclaró Marcela. Los que llegaron fueron los ladrones.

Eran dos, arriba de una moto negra. Ambos con la cara descubierta, como si no les importara demasiado ser reconocidos. Uno de ellos, como suele suceder, empuñaba un revólver. Y ni bien los vieron las empleadas, los dos asaltantes saltaron de la moto y entraron al negocio. A pesar de la hora, y de la zona, los delincuentes estaban tranquilos. “No parecían muy sacados, ni amenazaban a lo loco, sólo estaban un poco apurados”, agregó Marcela. Una vez dentro, el delincuente que portaba el arma fue derecho hasta donde estaban las víctimas.

Teniéndolas arrinconadas, el hombre las encañonó y lanzó el discurso usual del asaltante: “Dame la caja o empiezo a los tiros”.

Las chicas no tuvieron más remedio que acatar la orden y le señalaron dónde estaba la registradora, que uno de los delincuentes decidió llevarse completa.

Tras ordenarles a las dos víctimas que se quedaran a un costado, los ladrones volvieron a salir. “Se llevaron la caja entera, no sabemos muy bien cuanta plata tenía”, aclararon las víctimas.

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