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El cacique que volvió a sus tierras después de más de un siglo

Fue un día muy especial en el Museo de Ciencias Naturales de nuestra ciudad. Se concretó la restitución completa de los restos del cacique Inacayal, junto a los de su mujer y una sobrina, que volvieron a sus tierras, en Chubut, para recibir sepultura de acuerdo con los ritos aborígenes

10 de Diciembre de 2014 | 00:00
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REPRESENTANTES DE COMUNIDADES MAPUCHES Y TEHUELCHES RECIBIERON AYER LOS RESTOS DE INACAYAL, SU MUJER Y SU SOBRINA MARGARITA EN SIETE URNAS DE MADERA.
REPRESENTANTES DE COMUNIDADES MAPUCHES Y TEHUELCHES RECIBIERON AYER LOS RESTOS DE INACAYAL, SU MUJER Y SU SOBRINA MARGARITA EN SIETE URNAS DE MADERA.

Acompañado por el sonido de un cuerno y un tambor ceremonial, los últimos restos del cacique Inacayal que permanecían en el Museo de La Plata iniciaron ayer su retorno a Chubut, donde comunidades aborígenes esperaban darle sepultura hoy antes del amanecer. Su restitución, que se había iniciado en 1994, terminó de concretarse junto con la del esqueleto y cuero cabelludo de su esposa y el esqueleto de su sobrina Margarita Foyel, todos fallecidos entre 1887 y 1888 en nuestra ciudad.

Una de las figuras emblemáticas de la resistencia a la Campaña al Desierto, Inacayal cayó prisionero del Ejército argentino en 1885 en cercanías de Junín de los Andes. Al igual que otros caciques fue destinado a un campo de detención en la Isla Martín García, desde donde Francisco Moreno -el fundador del Museo, quien lo había conocido durante una de sus expediciones a la Patagonía- lo “rescató” junto a los suyos para traerlos a La Plata con él.

El grupo familiar -en el que se encontraba la mujer y la sobrina del cacique, entre otros- era exhibido como una suerte de colección viva durante el día y encerrado por las noches en los sótanos del edificio que por entonces estaba en plena construcción. La mayoría de ellos no llegó a sobrevivir ni un año en nuestra ciudad. En el término de pocos meses murieron uno tras otro. Sus cuerpos fueron descarnados en la carpintería del Museo para exhibirlos en vitrinas; sus cueros cabelludos, disecados; sus cerebros, puestos en formol.

De ahí que dos décadas después de que los restos del emblemático cacique fueran restituidos a su pueblo, investigadores del Museo descubrieron en 2006 que otras partes suyas habían quedado olvidadas por equivocación. Tal fue el punto de partida del reclamo presentado por la Secretaría de Cultura de Chubut y la Asociación Civil Cacique Inacayal que terminó por concretarse ayer.

Durante una ceremonia privada que tuvo lugar por la mañana en la dirección del Museo, representantes de comunidades mapuches y tehuelches de Chubut recibieron de manos de las autoridades de la Universidad siete urnas de madera que contenían el cuero cabelludo de Inacayal, los restos óseos de su mujer y su sobrina Margarita, las mascarillas mortuorias que les fueran tomadas en yeso a todos ellos, y un poncho que el cacique le había regalado al perito Moreno en reconocimiento por su amistad.

La restitución abarcó además la entrega en custodia de tres cerebros que pertenecerían al grupo y cuya identidad no ha podido ser confirmada aún. Y es que los genetistas convocados por las autoridades del Museo para realizar estudios de ADN sobre esos tejidos no lograron obtener resultados determinantes dada su forma de conservación.

Tras las ceremonia privada, los restos fueron trasladados al playón del Museo, donde se realizó un acto del que participaron tanto estudiantes e investigadores como funcionarios y miembros de grupos indígenas de nuestra región. En él, Lucas Antieco de la Comunidad Newentua inichiñ, Ana Laura Prane de la Comunidad Petü Mongceleiñ, Simón Nahuelpan de la Comunidad Nahuelpan y Marcela Ñanco de la Comunidad Pu Fotum Mapu, expresaron su agradecimiento por la restitución pero también su pesar por lo que les ha tocado vivir.

Los restos de Inacayal y su gente, que llegaron como prisioneros en el vapor Villarino, regresaron a su tierra en un jet privado que puso la gobernación de Chubut. La comitiva, encabezada por el secretario de Cultura de esa provincia, partió alrededor de las 15 desde el aeropuerto de La Plata con destino a Tecka, una pequeña localidad ubicada al sur de Esquel donde se encuentra el mausoleo del cacique y donde hoy se esperaba darles sepultara antes del amanecer, como manda su tradición.


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