Julio Esteban Molla Villanueva
| 21 de Agosto de 2014 | 00:00

A los 85 años falleció Julio Esteban Molla Villanueva, un escribano de dilatada trayectoria en la Ciudad que se destacó por su entrega profesional, pero también por virtudes que lo enaltecieron como fueron su bondad y su solidaridad.
Fue el hijo mayor de Aída Clusella y Julio César Molla Villanueva, había nacido en La Plata el 12 de abril de 1929 y creció junto a su hermana Aída Lucrecia.
Toda su formación transcurrió en aulas de la Universidad Nacional de La Plata; cursó la primaria en la Escuela Anexa Joaquín V González; la secundaria, en el Colegio Nacional Rafael Hernández y luego se recibió de escribano en esa casa de altos estudios.
En el plano laboral se desempeñó en su propia escribanía, pero también trabajó en áreas administrativas de la Dirección General de Escuelas y en la oficina de Transmisión Gratuita de Bienes del Ministerio de Economía.
Previamente había sido profesor de educación física en la Escuela Anexa, en el Colegio Nacional y en establecimientos de Magdalena.
Julio Molla Villanueva siempre fue afecto a los deportes, principalmente los que le permitieran estar en contacto con el agua. En ese contexto, fue habitué de de distintas instituciones de la Ciudad, como el Club Regatas, el Jockey Club y el Club Universitario.
En el plano futbolístico expresó una fervorosa simpatía por Gimnasia y Esgrima.
En 1969 se casó con Alba Graciela Micheletti y la familia creció con la llegada de sus hijos Silvina Solange - escribana -, Gonzalo Esteban - licenciado en administración de empresas - y Christian Ariel - médico traumatólogo -.
También tuvo la alegría de convertirse en abuelo de Nicolás - 15 -, Agustina - 11- y Sofía - 8 -, nietos con los que le encantaba compartir extensas horas.
En el tiempo libre le gustaba emprender viajes junto a su esposa y cumplió su proyecto de recorrer el país y conocer Europa, Egipto y países americanos como Paraguay, Uruguay, Brasil y Chile.
De personalidad tan inquieta como extrovertida siempre promovió encuentros con sus ex compañeros de secundaria o con aquellas personas que conoció a lo largo de su vida y con las que entabló lazos de amistad.
Sus allegados consignaron que Julio Molla Villanueva fue un gran lector, interesado en explorar distintos géneros literarios y ámbitos del conocimiento.
Además era aficionado a disfrutar de diferentes expresiones artísticas. Le gustaba escuchar música clásica y procuraba concurrir periódicamente a las funciones del Teatro Argentino.
Si bien su partida dejó entre los suyos un espacio vacío que será imposible de ocupar, el recuerdo de una vida en la que supo compartir lo mejor de sí, queda como herencia de este hombre de bien.
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