Ya nadie duerme tranquilo

Hace un tiempo, los secuestros virtuales parecían la ocurrencia sofisticada de grupos aislados de delincuentes. Pero ya se han convertido en una modalidad extendida y persistente que se va “perfeccionando” y que logra su cometido en un alto porcentaje de intentos. Los casos que llegan a denunciarse y a conocerse públicamente son apenas una ínfima cantidad de los que ocurren. En La Plata se escuchan relatos escalofriantes: gente que ha pasado horas de angustia y que ha entregado plata y joyas en medio de la desesperación. Muchos actúan “al boleo”; otros parecen hacer una inteligencia previa. En cualquier caso, sorprenden a la gente mientras duerme, casi siempre en plena madrugada, y la enredan en una trama de mentiras que, sin embargo, resultan muchas veces verosímiles. Ya no parece una forma de delincuencia marginal sino una modalidad ejecutada con ciertos recursos y con extrema audacia. Cuesta creer que las nuevas tecnologías; las huellas que deja cada llamado telefónico y la reiteración de casos y denuncias no alcancen para frenar los “secuestros sin secuestrados”.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE