Roberto Conte: sin remedio para el teatro
| 17 de Octubre de 2015 | 02:07

Con el mismo entusiasmo y la ilusión de un veinteañero, así Roberto Conte, a sus 86 años, se acerca al diario a llevar (“personalmente, como antes”) una gacetilla en mano. “¡Estrenamos el sábado!”, dice, emocionado, y muestra con orgullo una decena de fotografías de la puesta “Tu cuna fue un conventillo”, la obra de Don Alberto Vacarezza que esta noche, a las 21, subirá a escena en el Auditorio del Colegio de Abogados, bajo su dirección, y con entrada libre y gratuita.
La pasión con la que habla del teatro, de los ensayos semanales, y de todos los esfuerzos que, a pesar de su edad, sigue haciendo voluntariamente por hacer y ser parte de la cultura de la Ciudad, sugiere un interrogante: ¿Qué lo motiva a seguir girando la rueda?
“¿Por qué sigo haciendo teatro? ¡Porque es una enfermedad! Y lo voy a seguir haciendo hasta que me cure. Y como eso no va a pasar, porque no tiene cura, lo seguiré haciendo hasta que ya no pueda más”, responde, sencillito y al pie, como si sus más de 60 años de actividad teatral todavía no fueran suficientes.
Hace más de tres décadas que dirige al grupo de teatro del Colegio de Abogados, una institución que, semanas atrás, organizó un festival internacional al que, en su homenaje, bautizaron con su nombre. “Fue muy emotivo para mí”, dice Roberto, destacando la programación que presentaron en el Auditorio, una sala a la que hoy regresa con muchísima expectativa.
“Tu cuna fue un conventillo”, estrenada en 1920 y considerada la “obra más notoria, sinónimo clave y cumbre de los sainetes que revela con mayor precisión las virtudes y defectos de Vacarezza”, es la puesta que este actor, docente y director teatral repone tras dos exitosas temporadas en 1991 y 1992, por las que pasaron más de treinta actores, y por las que recibió elogiosas críticas, entre ellas, la de Eduardo Atencio, por entonces crítico de EL DIA: “…Como en el tango cambalache, de Discépolo, que siempre sorprende con su vigencia, este sainete porteño también mantiene un interés que se renueva en las sucesivas generaciones… Y constituye, en estos momentos de grandes transformaciones, una cabal demostración de lo que acabamos de exponer. El público llena la sala y festeja con alegría a la obra como si fuera el presente…”
Doctor en química por la Universidad de Sante Fe, una casa de altos estudios en la que trabajó de par a par con Guillermo Estévez Boero, Conte compartió sus años mozos con personajes de la talla de Miguel Brascó, Ariel Ramírez, José Pedroni, Paco Urondo, Carlos Páez y, entre otros, José María Paolantonio. Pero no fue sino Oscar Fessler quien, desde la flamante Escuela de Teatro santafecina, le enseñara a comprender esta pasión, a la que, sin embargo, también empujó una bonita señorita.
“Era adolescente y vi pasar una chica preciosa y ¿qué iba a hacer? La seguí hasta que se paró e hizo una cola. Y yo también me quedé en esa fila, sin saber para qué era, hasta que me di cuenta que se anotaba en un grupo de teatro de una unidad básica peronista. Y yo era socialista, imagínese, pero me anoté igual”, recuerda, una y otra vez, la anécdota sobre cómo empezó su relación con el teatro, una historia que tuvo un final feliz: sin el amor de la chica pero enamorado, por y para siempre, del teatro.
Santa Fe, Buenos Aires, La Plata y punto final. Aquí, convocado por Pipe Herscovich, dirigió en los 60 “Ardiente noche de verano”, el puntapié inicial de un romance con la Ciudad que lo adoptó y en la que labró una exitosa carrera que lo tuvo arriba y abajo del escenario, además de haber dirigido la Comedia de la Provincia y la Escuela de Teatro, una entidad en la que entró con una matrícula de noventa alumnos y la que dejó con más de 2000.
Profundo admirador de Alfredo Alcón y Juan Carlos Gené, por haber vivido ideológicamente para el teatro y no de él, Roberto sostiene que “el amor por la actuación es más importante que la actuación” por lo que, para él, vale más ser “una buena persona que un buen actor”.
Con un dinamismo envidiable, el que según dijo en una oportunidad no le debe ni al ejercicio ni a la caminata (“si caminar hiciera bien los carteros serían inmortales”, bromeó), Conte asegura que el secreto de su supervivencia está en haber hecho siempre lo que tenía ganas de hacer: “Sé que estoy vivo porque tengo ganas de hacer teatro. Si no tuviera esas ganas, la artrosis mi mataría por nocaut”.
La elección de “Tu cuna fue un conventillo” -obra que tras las función de esta noche tendrá tres nuevas presentaciones el 28 de noviembre, y 5 y 12 de diciembre en la misma sala y lugar- se debe a una decisión colectiva sumamente arbitraria: “¿Por qué hemos puesto esta obra en escena? ¡Porque nos gusta, y eso es todo! Es el milagro del teatro, para nosotros nunca considerado como un instrumento de propaganda ni asimilado jamás a una mercadería o a un trueque ni a una tribuna; porque queremos que siga siendo lo que en el fondo siempre ha sido: una ofrenda, un intercambio de diversión, amistad y amor entre los hombres. Por eso”.
EL ELENCO
El elenco de “Tu cuna fue un conventillo”, de Alberto Vacarezza, está integrado por Rubén Navarro, Víctor Caolavitta, Pablo Espinosa, Oscar Rondina, Susana Trentín, Ana Larronde, Angelina Bogue, Edgardo Ranieri, Diana Berisso, Judit Pico, Graciela Cris, Guillermo Somonte, Héctor Servín, Mario Follino y Mónica Wlasiuk. La obra cuenta con escenografía de César Gustavo Caggiano; maquillaje de Beti Ortiz; fotografía de Oscar Sierra y Mónica Wlasiuk; sonido/luces de Diego Ferrero; diseño gráfico de Juan Manuel Guerra; asistencia de dirección de Graciela Cris; adaptación de puesta y dirección general de Roberto Conte.
PARA AGENDAR
QUE: “Tu cuna fue un conventillo”
DE: Alberto Vacarezza
POR: Roberto Conte
CUANDO: Hoy a las 21
DONDE: Colegio de Abogados, 13 entre 48 y 49
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