Cuidarse desde chico, una de las claves para evitar males de grande

Especialistas señalan que muchas de las enfermedades que se sufren en la adultez, se originan entre los 12 y los 19 años

Muchos de los males que se desencadenan en la adultez se originan en la adolescencia, una edad en la que los jóvenes prestan poca atención a su salud, a pesar de que en este periodo se suelen adoptar comportamientos causantes de patologías que se sufrirán después.

Las estadísticas disponibles demuestran que dentro del ciclo de la vida, entre los 12 y 19 años es frecuente encontrar tendencias a la obesidad, a la mala alimentación y a los desórdenes mentales, y puede empezar el consumo de tabaco, alcohol o drogas, e inclusive que el 35 por ciento de la carga de morbilidad en el mundo se origina en la adolescencia.También, que en el 80 por ciento de los casos de depresión entre los adultos, esa enfermedad empezó a manifestarse durante la adolescencia.

Tanta es la incidencia que tiene esa etapa de la vida en la salud adulta, que los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalaron que muchas enfermedades o situaciones podrían prevenirse mejorando los servicios sanitarios a los adolescentes.

“Los adolescentes no son ni niños ni adultos -señaló el doctor Antonio Costello, director del Departamento Materno, Neonatal, de la Infancia y Adolescencia de la OMS- son un grupo único, con necesidades específicas y en el que pueden arraigarse comportamientos negativos que duran toda la vida. Los desórdenes mentales, por ejemplo, son un área en la que las intervenciones sanitarias tempranas pueden marcar una gran diferencia en la vida adulta”.

Los especialistas de la OMS sostienen que “suele creerse que los adolescentes necesitan únicamente información sobre salud sexual y reproductiva, lo que es una idea muy equivocada. En algunos de los países de economías más avanzadas, por caso, desórdenes como la anorexia, la bulimia, la baja autoestima, la autolesión, la ansiedad, el estrés bajo otras manifestaciones y la depresión, alcanzan dimensiones casi epidémicas entre los adolescentes”.

El problema es que, según señalan los especialistas, una gran parte de los adolescentes no tienen acceso a servicios claves de prevención para evitar esos problemas, ni a la atención médica adecuada una vez que ya los padecen.

“Los adolescentes requieren información sobre dónde buscar atención médica -destacó Costello- son vulnerables porque no tienen dinero, pueden ser sensibles a la discriminación y el contexto sociocultural los puede hacer muy reticentes a buscar ayuda. Por eso es necesario la implementación de servicios sanitarios de fácil acceso para los adolescentes, de consultas gratuitas o a tarifas reducidas, y para las que no sea obligatorio tomar una cita ni se requiera el consentimiento de los padres o tutores, y que los adolescentes tengan claro que lo que se diga en esas consultas será confidencial, lo que eliminará el temor de ser víctimas de discriminación”.

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