Con la impronta de aquellos italianos seguidores de Don Bosco
| 19 de Noviembre de 2015 | 01:20

Uno de los puntapié iniciales del movimiento salesiano en la Argentina se dio en La Plata, concretamente en la esquina que comparten diagonal 73 y las calles 9 y 58. Un grupo de inmigrantes italianos, de aquellos que participaron de la fundación de la Ciudad, había montado en el lugar, a lo largo de unos meses de 1884, una capilla prefabricada, de madera, especialmente traída de Estados Unidos. Llevaron adelante la iniciativa como fieles de la obra católica de Don Bosco, bajo la advocación de los Sagrados Corazones de Jesús y María. Fue recién en 1902, y con la bendición de un enviado del ya por entonces consagrado misionero de Turín, que se levantó el actual edificio del Sagrado Corazón, una de las iglesias más concurridas del centro platense, escenario de tradicionales bodas, comuniones y bautismos y de amplia convocatoria a sus misas de los fines de semana.
El proyecto se inició el 9 de julio de 1898, cuando se comenzaron a cavar los cimientos de la nueva iglesia. Monseñor Juan Cagliero, primer obispo salesiano, junto con los monseñores Costamagna y Zaninetti, bendijeron la piedra fundamental del templo. Unos años más tarde, el 2 de marzo de 1902, quedó concluido el edificio. En el lugar se mantuvo, incluso hasta un tiempo después de inaugurada la sede parroquial definitiva, la pequeña capilla de madera, que aunque había sufrido algunos daños por un incendio, igual seguía en funcionamiento. La iglesia Sagrado Corazón de Jesús fue elevada a la categoría de basílica el 2 de junio de 1967.
De estilo ecléctico, para su diseño se tomaron las características del neorramánico del norte Italia, con guardas horizontales o “lombardas”, y elementos paleocristianos.
Desde el punto de vista arquitectónico se trata de una planta típica basilical, con una nave central que remata en el ábside y dos naves laterales de menor altura, muros portantes y cielorraso suspendido que forma bóvedas de crucería en los tres corredores. Las columnas han sido revestidas de revoques pintados símil mármol y cada una tiene grabada una cruz y sobre ella está colocada una vela. Cuando se consagra el templo se lo hace sobre ellas.
La basílica es valiosa en todo su conjunto, pero cuenta con un detalle que la pondera aún más: su órgano, el más grande que existe en la Ciudad. Fue instalado en 1917 y originariamente perteneció a una caracterizada familia platense que lo donó al templo. Cuenta con tres teclados manuales y pedalera, transmisión neumática y casi dos mil doscientos tubos sonoros de madera y metal. Producto de lo costoso de su mantenimiento, con el paso del tiempo sufrió un serio deterioro. Pero en 2004 se lo restauró y para ese trabajo se tuvieron en cuenta los principios de conservación de todo el sistema de origen, la sonoridad de los tubos y las presiones de aire de la época.
El exterior del edificio, espléndido, compite sin desventajas con cualquiera de las visitadas iglesias europeas. Presenta un cuerpo central más elevado en correspondencia con la nave principal y tres divisiones horizontales. La más baja tiene tres arcos de medio punto que albergan las puertas de ingreso y descansa en dos columnas de granito gris y dos pilastras de igual material; todas con capiteles decorados con hojas abstractas. Por encima de los arcos se cierra este primer nivel con ladrillos rematados por una cornisa con crestería.
Por sobre este nivel, una arcada de arcos más pequeños apoyados en diez columnas (lombardas) organizan una falsa galería; y para finalizar, un tercer nivel, que termina en forma triangular, contiene tres arcos, el central más alto, recortados sobre un muro de ladrillos rojos.
En lo alto, se destaca la torre de 21 metros de altura que alberga el campanario y que corona en una cruz de 11 metros. Las campanas, que son cinco, fueron consagradas por monseñor Alberti en 1913 y a cada una le corresponde una dedicación: al Sagrado Corazón, María Auxiliadora, San José, Virgen del Carmen y San Antonio de Padua. Electrificadas en 1961 mediante un equipo francés que permite el doble movimiento, “al voleo” y “golpe por golpe”, y un sistema automático de carillón que posibilita la ejecución de algunas melodías, por algunos años, no funcionaron. Pero ahora, con la llegada del padre Francisco de Rito como párroco, que se propuso reactivar el antiguo sonido, un rato antes de cada misa se escuchan sonar a varias cuadras a la redonda.
En estos días, la iglesia de diagonal 73 se prepara para cerrar el Año de la Misericordia. Lo hará con la reapertura de uno de los portones de acceso, que el cura de Rito clausuró momentáneamente bajo una cortina metálica para reabrirlo con un detalle alegórico que, según proyecta el religioso, lo más probable es que sea con el cuadro “El hijo pródigo”, de Rembrandt. El Papa Francisco abrirá las puertas sagradas el 8 de diciembre (Día de la Virgen); el arzobispo local, Héctor Aguer, hará lo propio en la Catedral el 12 de diciembre; y en el Sagrado Corazón se cumplirá la ceremonia al día siguiente, el 13 de diciembre.
Fecha de inauguración: 1902
Ubicación: Diagonal 73 entre 9 y 58
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