Una larga y próspera vida

El actor que inmortalizó a Spock, el mítico vulcano de “Star Trek”, sufría una enfermedad pulmonar producto de sus años de fumador. Falleció a los 83 años

El actor Leonard Nimoy, quien diera vida en la gran pantalla al icónico señor Spock en la saga “Star Trek”, falleció hoy a los 83 años en su domicilio en Bel Air, en Los Ángeles, víctima de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Nimoy hizo público en 2014 que padecía esa dolencia después de que trascendieran fotografías en las que aparecía en una silla de ruedas conectado a un respirador artificial. El intérprete explicó en su cuenta de Twitter que se encontraba “bien” pero no podía “caminar distancias muy largas”, antes de pedir a los fumadores que aprendieran “la lección”. Nimoy atribuyó sus problemas de salud a sus años de adicción al tabaco, un hábito que había dejado hacía más de tres décadas.

Nacido el 26 de marzo de 1931 en Boston, era hijo de inmigrantes ucranianos judíos ortodoxos y se convirtió en un icono de la cultura pop idolatrado entre los fanáticos de la ciencia ficción por encarnar en la pequeña y la gran pantalla a Spock, un extraterrestre del planeta Vulcano de gran inteligencia pero con dificultades para socializar.

“Una vida es como un jardín. Se pueden tener momentos perfectos, pero no se los puede preservar, excepto en la memoria”, fue su último tuit, del 23 de febrero

Nimoy hizo de Spock en la serie de exploración galáctica “Star Trek” entre 1966 y 1969 y retomó el personaje en múltiples ocasiones en el cine, con la adaptación del programa a la gran pantalla entre 1979 y 1991, años en los que se estrenaron seis largometrajes. El actor, incluso, volvió a reaparecer como Spock en la reedición de la saga dirigida por J.J. Abrams, “Star Trek” (2009) y “Star Trek: Into the Darkness” (2013).

Sus persecuciones artísticas excedieron durante su vida largamente al personaje vulcano: además de actuar y dirigir en numerosas series y películas, Nimoy escribió numerosos volúmenes de poesía (algunos, incluso, dedicados al universo de “Star Trek”), publicó libros de fotografía y hasta fue brevemente un cantante pop. Pero fue el Señor Spock quien lo convirtió en un mito: mitad vulcano, mitad humano, un “outsider” en el Enterprise, la nave que transportaba a la tripulación por el espacio, el cerebral alienígena de orejas puntiagudas y saludo registrado que sugería una vida “larga y próspera”, era “la conciencia de ‘Star Trek’” según su creador, Gene Roddenberry.

LAS DOS MITADES

Como su personaje, Nimoy, judío ortodoxo de formación artística clásica, batalló durante un largo tiempo con su fama: decidido a no quedar encasillado como el protagonista de un show de género, incluso, llegó a publicar en 1977 una autobiografía titulada “No soy Spock”. En 1995, sin embargo, se retractaría, publicando su segunda biografía, “Soy Spock”.

Para entonces, el propio Nimoy giraba por el país intercalando sus actividades artísticas con conferencias sobre la filosofía del show que, de un entretenimiento casi kitsch, se había ya convertido en un complejísimo universo ficcional que causaba apasionados debates entre los “trekkies”. Y admitía por entonces que, con el trágico Spock, que pierde a toda su raza, compartía una especie de identificación mística.

Es que el actor siempre había disfrutado de interpretar personajes marginales: “En Spock encontré lo mejor de dos mundos: ser aceptado masivamente por la audiencia y continuar interpretando a un alienígena aislado a través del personaje”.

“Al día de hoy”, confesó al término de la serie original, “siento patrones de habla vulcanos, actitudes sociales vulcanas, incluso patrones lógicos y emocionales vulcanos en mi comportamiento”. Inseparable uno del otro, a pesar de que el artista en Nimoy resistió durante buena parte de su vida el encasillamiento y exploró otros artes, permanecerán en la memoria como un todo. Algo que no desagradaría del todo al intérprete: “Si me dieran la opción de ser alguien más”, escribió en su autobiografía, “sería Spock”.

LA DESPEDIDA

Spock tuvo su heroica muerte en pantalla en la mítica “La Ira de Khan”, de 1982, donde su ladero, el Capitán James T. Kirk, lo despedía entre lágrimas recordando que “de todas las almas que he encontrado en mis viajes, la suya era la más humana”

Nimoy sobrevivió a su personaje, aunque volvería a interpretarlo varias veces, incluso en las últimas dos entregas cinematográficas que resetearon el universo incluyendo a un nuevo Spock, pero recurriendo a Nimoy, casi en un homenaje, para mostrar un Spock anciano.

“De todas las almas que he encontrado en mis viajes, la suya era la más humana”, lo despedía James T. Kirk en “La Ira de Khan”

Ya por entonces su salud, flaqueaba, y empeoró notablemente durante las últimas semanas de su enfermedad respiratoria. Con esa consciencia casi mística de su personaje, eligió despedirse, intuyendo algo, en su cuenta de Twitter. El lunes 23 de febrero, escribió: “Una vida es como un jardín. Se pueden tener momentos perfectos, pero no se los puede preservar, excepto en la memoria”.

Y cerró su último mensaje con su habitual “LLAP”: “live long and prósper”. larga vida y prosperidad.

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