Domingo de Ramos abrió Semana Santa

En todos los barrios, miles de platenses participaron ayer de las celebraciones litúrgicas que marcaron el inicio de la semana pascual. La bendición de ramos, como cada año, renovó el fervor de quienes recordaron el ingreso triunfal de Jesús en Jerusalén, montando un asno, una semana antes de su crucifixión.

Una de las ceremonias más emotivas se desarrolló en plaza España, donde por la mañana numerosos fieles que habitualmente concurren a la aledaña iglesia de San José llevaron sus ramitas de olivo a recibir la tradicional bendición.

En el Mondongo, la parroquia San Pablo, de 117 entre 66 y 67, realizó al filo de las 10 la bendición de ramos, seguida por la Santa Misa en las instalaciones del colegio Santa Margarita. Al caer la tarde, fue el tiempo de una nueva misa con bendición de ramos incluida.

Las localidades ubicadas en la periferia del casco histórico local también fueron epicentro de eventos convocantes vinculados con las inminentes Pascuas.

Fue el caso de Angel Etcheverry, donde la vicaría San Vicente de Paul (229 bis y 54) ofreció desde las 8.30 bendiciones, para continuar con una procesión hacia el templo, la Santa Misa y el acto de Proclamación de la Pasión.

En la República de los Niños de Gonnet (camino General Belgrano y 501), la pintoresca capilla de Nuestra Señora de Lourdes albergó poco antes del mediodía la bendición de las ramas de olivo y una misa.

En la parroquia Inmaculado Corazón de María, en tanto, la bendición fue seguida por sendas misas, una a las 10 en los jardines vecinos al templo, y otra a las 20.

Cerca de allí, en Ringuelet, la parroquia Inmaculada Concepción y su gruta de Lourdes recibieron numerosas visitas en el predio de 512 entre 12 y 13, donde quienes llevaron sus piezas de olivo se llevaron a sus hogares la bendición, y pudieron participar en oficios a las 10 y 18.30.

EL ARRIBO DE JESUS

Mojón inicial de la Semana Santa, el Domingo de Ramos conmemora el arribo de Jesús de Nazaret a Jerusalén, apenas jornadas antes de su captura, condena, muerte y resurrección, según lo relatan los evangelios de la cristiandad.

Montado sobre un burro, Jesús ingresó en la ciudad mientras sus habitantes lo aclamaban como el Mesías; de acuerdo con los textos bíblicos, la multitud alfombraba su camino con pieles y con sus propios atuendos y lo flanqueaba con ramas de olivo, uno de los árboles con mayor presencia en esa árida zona del Medio Oriente.

Desde entonces, la liturgia de cada Domingo de Ramos evoca la participación de los fieles en aquella procesión llena de esperanza.