Extraña “lluvia de arácnidos” en un pueblo australiano

Lo que podría ser considerado la escena bizarra de alguna película de terror, se volvió realidad en el pueblo australiano de Golborne. Allí, miles de arácnidos cubrieron varios kilómetros de campo con su tela, tras caer desde el cielo a plena luz del día y en un fenómeno conocido como “cabello de ángel”, mediante el cual las arañas utilizan su tela a modo de paracaídas como sistema de migración.

Concretamente, explican los científicos, las arañas suben a arbustos elevados, elaboran la seda y el viento hace el resto del trabajo al desparramarlas por todos lados. La postal resultante son campos enteros “nevados” por las telas de los arácnidos.

Según varios científicos, las arañas pudieron viajar por los fuertes vientos que las llevaron por kilómetros junto a sus mantos, que funcionaron como una especie de vela de un barco y como paracaídas a la hora de aterrizar en esta localidad australiana. El fenómeno, según detallan los científicos que estudian el tema, permitió que las arañas viajaran hasta 1.600 kilómetros de distancia de su lugar original.

“Las arañas pueden viajar kilómetros, que es la razón por la que cada continente tiene arañas. Incluso en la Antártida, donde llegan y mueren”, dice Martyn Robinson, naturalista del Museo de Australia. De hecho, el especialista sostiene que “este es el motivo por el que los primeros animales que llegan a las nuevas islas creadas por la actividad volcánica son las arañas”.

antecedente

Esta no es la primera vez que el extraño fenómeno sucede. Ya ocurrió en 2012 y ese año también generó terror en la población. En esa oportunidad, miles de pequeñas arañas también descendieron sobre la ciudad Waggawagga y alarmaron a sus habitantes.

Los habitantes de la zona llaman “cabello de ángel al fenómeno” por una sencilla razón: las telarañas dan la impresión de sutiles y hasta poéticas hebras caídas del cielo, casi como si fuera la cabellera de un querubín. Entre las telas de araña, incluso, se pueden encontrar miles de arañas de unos pocos milímetros, “así que por muy curioso que resulte es un fenómeno bastante desagradable”, coinciden los habitantes del pueblo.

En efecto, las bolsas que flotan suelen contener arañas de pequeño tamaño de la familia Linyphiidae (o linífidos) que usa la tela como si de un paracaídas se tratase. Las telas que e acumulan en el suelo están a su vez tejidas por los adultos que crean una zona especial de paso o cría, por lo que es mejor no acercarse. No porque sea peligroso, sostienen los especialistas, sino porque puede resultar muy desagradable.

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