Trabajar a disgusto
| 24 de Mayo de 2015 | 01:48

Por DR. NORBERTO FURMAN
Doctor en kinesiología y fisiatría
Trabajar a disgusto es peor aún, es cumplir una condena todos los días, y sentirse sentenciado a no estar bien en ningún momento. Muchas veces el estado de disconformismo se puede manifestar con sensación de depresión, tristeza o apatía, donde concretamente se pierde la capacidad de sentir placer, no sólo en el trabajo sino también en las relaciones personales.
Los primeros síntomas son cambio de carácter, mal humor permanente, irritabilidad e intolerancia ante las cosas cotidianas como convivir con los compañeros de trabajo, sin importar el rango, ya sean jefes o subalternos. Hay sensación de cansancio y disminución de energía, esto se debe a que el individuo duerme mal, a veces muy profundamente con sueños repletos de pesadillas o por el contrario con insomnio. Se van minando las reservas provocando dolores, sobre todo de cuello, cintura, cefaleas, tensionales frecuentes, falta de concentración y memoria, enfermarse por bajas defensas.
Ante los primeros síntomas hay que tomarse un momento para poner freno a la vorágine
Muchas veces la solución no pasa por el cambio de trabajo, no es válido para la Argentina que nos toca vivir, pareciera ser que una vez que se obtiene un trabajo, se deba optar por sacrificar todo con tal de conservarlo.
Como prevención, ante los primeros síntomas se aconseja tomarse un momento en el día para poner freno a la vorágine en la que estamos inmersos. Por otra parte, hasta en los peores trabajos se puede encontrar cosas buenas, satisfacciones si se sabe buscar y esto depende del carácter y las ganas de cada uno. Tampoco se debe descuidar el cuerpo, cuando hay preocupaciones con respecto a la salud hay que sacarse las dudas con los exámenes médicos necesarios. Es imprescindible tratar los dolores de espalda; un cuerpo sin dolores permite que su cerebro funciones con más claridad, y por supuesto existe una extensa variedad de tratamientos; y por último incorporar algunos ejercicios cuando y donde se pueda.
Cumplir 10 horas en un trabajo bajo normas determinadas, presentando atención para no cometer errores y lograr objetivos previstos son exigencias de considerables dimensiones para cualquier mortal de este mundo, pero también este mortal es el único responsable de su físico y su salud mental; el sano egoísmo no es malo, ayuda a preservarnos y si se quiere tener una excusa para justificar la auto-protección, piense que es defensa propia, porque aunque usted no se dé cuenta, el sistema lo está atacando.
El domingo que viene:
Cansancio crónico, un mal frecuente
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE