Prueban que el hombre es “haragán” por naturaleza
| 15 de Septiembre de 2015 | 02:25

Un estudio acaba de demostrar que el hombre “es haragán por naturaleza”, lo que no sería necesariamente un defecto si se tiene en cuenta que gracias a esa característica innata los seres humanos habrían conseguido optimizar sus movimientos a fin de gastar la menor cantidad de energía posible y sobrevivir así en tiempos de escasez.
Lo que hasta ahora era una teoría, finalmente logró ser confirmado gracias a un estudio de investigadores de la Universidad Simon Fraser de Canadá, según el cual nuestro sistema nervioso nos induce a realizar siempre el mínimo esfuerzo posible.
De acuerdo con las conclusiones del estudio, publicado en la revista científica Current Biology, el sistema nervioso es muy hábil para cambiar la forma en que la persona se mueve con el fin de gastar la menor cantidad de energía.
Si bien el hallazgo surgió de un estudio sobre el gasto energético de caminar, sus autores creen que este mecanismo intervendría en la mayoría de los movimientos humanos.
“Hemos encontrado que las personas cambian con facilidad la forma en la que andan, incluyendo características de su modo de caminar que se han establecido tras dar millones de pasos a lo largo de su vida para poder ahorrar pequeñas cantidades de energía”, dice Max Donelan, uno de los responsables de la investigación.
“Esto es completamente coherente con el hecho de que la mayoría de nosotros preferimos hacer las cosas con un esfuerzo mínimo, como cuando elegimos el camino más corto u optamos por sentarnos en lugar de estar de pie”, agrega el investigador.
PEREZA INTELIGENTE
Los investigadores hallaron una base fisiológica para la pereza al demostrar que, incluso dentro de un movimiento perfectamente ensayado, como caminar, el sistema nervioso controla inconscientemente el uso de energía y de forma continua reoptimiza los patrones de movimiento.
Lo cierto es que lejos de un defecto, como se lo suele entender, este mecanismo ha implicado evolutivamente una ventaja para el hombre, sostiene la autora principal del trabajo, la doctora Jessica Selinger. “Detectar y optimizar el uso de energía de forma rápida y precisa es una hazaña impresionante por parte del sistema nervioso: hay que ser inteligente para ser tan perezoso”, dice.
Selinger y sus colegas querían entender por qué la gente se mueve de la manera en que lo hace, dado que hay un sinnúmero de formas de ir de un punto a otro, y en qué medida el cuerpo humano puede adaptar el movimiento basándose en la contribución fisiológica en tiempo real.
Para averiguarlo, los científicos pidieron a la gente que caminara mientras llevaba puesto un exoesqueleto robótico.
El experimento reveló que los individuos adaptan su frecuencia de paso para converger en un nuevo consumo energético óptimo muy rápidamente, en cuestión de minutos, pero también que los costos energéticos de las actividades del ser humano no son sólo el resultado de sus movimientos, sino que en realidad juegan un papel central en su moldeado.
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