Se hizo varias cirugías estéticas y ahora está en terapia intensiva

Gabriela Trenchi (48) se había sometido a una operación para exaltar los glúteos con el ya denunciado doctor Anibal Lotocki

Luego de someterse a varias cirugías estéticas en la clínica del polémico doctor Aníbal Lotocki -conocido en el ambiente como “el cirujano de las famosas”- para rejuvenecer su aspecto y agrandarse los glúteos, Gabriela Trenchi, de 48 años, quedó con los cuatro miembros paralizados y ahora lucha por su vida en la sala de terapia intensiva del Sanatorio Los Arcos.

La mujer, cuyos abogados denuncian al controvertido cirujano por mala praxis, es dueña de Monna Madau, un local de ropa ubicado en Ramos Mejía. Al igual que el nombre del negocio, ella es conocida en el ambiente artístico y en las redes sociales como Gabriela Madau.

Según los médicos, el estado de salud de Gabriela “es muy delicado” y se agravó en las últimas horas a raíz de un entubamiento que le hizo contraer una neumonía.

Todo comenzó el 7 de agosto pasado, cuando la mujer se intervino quirúrgicamente con la idea de agrandarse la cola. De acuerdo al relato de uno de sus abogados, Mariano Lizardo, Gabriela tiene ahora “una parálisis en sus cuatros miembros. Se ha provocado una úlcera en sus ojos. No puede respirar por sus propios medios, tiene un respirador artificial y se le ha realizado una traqueotomía”.

Según la explicación de Lizardo, la mujer fue a la clínica de Lotocki para hacerse una cirugía múltiple que incluía lipoaspiración en el abdomen, cintura, pelvis y miembros inferiores, más la colocación de los hilos tensores en glúteos, relleno estético en glúteos y piernas. “Ese relleno sería metacrilato -apuntó el abogado-, pero todavía no sabemos cuál fue la procedencia de ese material, qué tipo de material fue utilizado y con qué técnica fue implantado en el cuerpo de Gabriela”.

Este no es el primer caso en el que el doctor Lotocki -quien desmiente que lo ocurrido con la mujer esté relacionado a la operación- queda seriamente apuntado. Ya el año pasado el llamado “cirujano de las famosas” operó a la modelo Silvina Luna, que tras esa intervención para agrandarse la cola fue internada en el Hospital Italiano por una insuficiencia renal. Ella responsabilizó al cirujano y relacionó sus problemas de salud con una cirugía en la que se inyectó metacrilato en los glúteos. (ver “El caso...”)

OPERACION PELIGROSA

Aunque son muchos los profesionales que desaconsejan someterse a este tipo de intervención, los propios cirujanos plásticos admiten que de un tiempo a esta parte la operación de glúteos viene destronando a la de implantes mamarios, que predominó desde siempre en la lista de operaciones elegidas por las mujeres para mejorar su aspecto físico.

Desde hace unos tres años, según coinciden distintos profesionales, las cirugías de glúteos fueron aumentando progresivamente hasta ubicarla en primer lugar en el ranking de las más solicitadas. Quienes optan por esta operación -conocida como gluteoplastía- son, por lo general, mujeres que tienen cola chata y/o caída. Pero también chicas que lo único que quieren es agrandarse la cola para lograr un cuerpo de vedette.

El cirujano Patricio Pazmiño, por caso, asegura que lograr siluetas de mujeres famosas es el sueño del momento y que el método más demandado es la cirugía por transferencia de grasa. El uso de dicha cirugía para el aumento de glúteos creció un 16% entre 2012 y 2013, según un estudio de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos. “Es la cirugía más popular, y las zonas más comunes para aplicarla son los glúteos y las caderas”, dice Pazmiño.

La cirujana plástica María Franchini, en tanto, que atiende en nuestra ciudad, comenta por su parte que “muchas veces es el paciente el que pide cosas que dan cuenta que, en realidad, el cambio que se busca tiene que ver con cuestiones psicológicas más que con aspectos estéticos”.

Entre los principales riesgos señalados por los propios especialistas, se mencionan inflamación, ulceraciones, deformidades, infecciones -que si progresan pueden causar muerte de los tejidos o tornarse sistémicas- y hasta tromboembolismos, que es cuando la silicona aplicada llega a los pulmones.

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