Kayaks en la playa, un boom fuera de control

Se consiguen por poco más de cuatro mil pesos, pueden llevarse hasta en el porta equipaje de un auto pequeño sin mayores dificultades y su uso no requiere ningún tipo de habilitación. Con estas tres cualidades, los nuevos modelos de kayaks se han convertido en los últimos años en un verdadero boom; uno que este verano comienza a ser en la Costa atlántica motivo de preocupación.

Invadidas de kayakistas amateurs que a menudo se internan en el mar sin ninguna experiencia, las playas bonaerenses se han vuelto escenario cotidiano de accidentes y rescates que los involucran. “El problema es que no solo son una amenaza para ellos mismos sino para toda la gente que disfruta del agua alrededor”, explica Javier, un guardavidas de San Bernardo que ha tenido que intervenir por ellos más de una vez.

“Se los compran para las vacaciones y se meten en el mar sin preparación: cuando no pierden el remo y tenés que ir a rescatarlos con un gomón, tumban en la rompiente y el kayak termina dándole a alguien en la cabeza. A la velocidad que agarran al ser arrastrados por las olas, tranquilamente te pueden matar”, explica Javier.

Como señala el guardavidas, los problemas que genera el uso de kayaks en los balnearios es producto de su falta de regulación. “Desde el momento en que no existe un marco que regule la actividad, cualquiera puede usarlos como quiera, donde quiera y sin ningún tipo de preparación en cuestiones básicas de seguridad”.

Y es que si bien desde 2003 rige una ordenanza de la Prefectura Naval por la cual las personas que utilizan kayaks y otras embarcaciones a remo deben “poseer adecuada técnica” y “conocer las normas mínimas de navegación”, lo cierto es que no existe una instancia en que se evalúen esos conocimientos por lo que tampoco se exige contar con una habilitación.

CADA VEZ MaS ACCIDENTES

En este contexto, a medida que los kayaks se vuelven más populares, cada vez son más los accidentes donde aparecen involucrados y, a menudo, por desgracia, con desenlace fatal. Claro que el riesgo no se limita a su uso en el mar. A fines de noviembre pasado, un platense que participaba de una excursión en kayak por Río Santiago murió aplastado entre dos buques que se encontraban amarrados en el Apostadero Naval. Se presume que el hombre, que tenía 54 años y había salido a remar con amigos, se metió a sacar fotos entre los dos buques ignorando el riesgo de que el viento los desplazara, como efectivamente ocurrió.

Frente a esta realidad que en cada año los carga de mayor responsabilidad, los guardavidas de Mar del Plata tomaron la iniciativa de llevar el reclamo a la municipalidad y tienen previsto presentar un petitorio ante las autoridades de la Prefectura a fin de que regule y controle la actividad.

“La idea es que quien ande en kayak esté equipado y que Prefectura exija algún tipo de carné o brevet náutico porque hay un vacío legal importante y la situación es sumamente riesgosa”, dijo esta semana en declaraciones periodísticas el jefe del operativo de seguridad en playas de Mar del Plata, Daniel Mestralet.