Preocupa a vecinos de Berisso el deterioro de la avenida 66

 

 

La avenida 66, acceso principal a Berisso, muestra en algunos de sus sectores más ajetreados señales de un acelerado deterioro. Deficiencias en el pavimento, carencias en materia de iluminación y señalización, configuran un cóctel explosivo que preocupa a los vecinos y pone en riesgo a los automovilistas en un enlace vial que durante la última década se cobró numerosas vidas.

Uno de los puntos en los que la degradación y el desgaste de la carpeta asfáltica se percibe con mayor impacto es la “bajada” de calle 30, conexión sur del Barrio Obrero berissense con La Plata. Allí existe un virtual desmoronamiento de la calzada que es más que un pozo, y crece desde hace más de un año a pasos agigantados. 

Los vecinos del lugar, con ironía y bronca, y sin demasiados rodeos, lo señalaron con carteles improvisados: uno reza “Nueva atracción turística de Berisso: avenida 66 y 30”; el otro, directamente, “pozo de las puteadas”.
“La ruta cada vez se destruye más; las autoridades deberían gestionar ante Vialidad de la provincia una solución antes de que ocurra otro accidente grave o haya más muertes” advirtieron los vecinos.

“Cuando hay mucho tránsito es imposible pasarse de mano para esquivar los pozos, y al agarrarlos el volante se te va para cualquier lado” se aseguró: “teniendo dos zanjones al costado es bastante peligroso”.

La antigua avenida Río de La Plata -luego rebautizada por el Concejo Deliberante de Berisso como “Juan Domingo Perón”- era de tierra, y había nacido como calle de servicio de Obras Sanitarias ya que por su trazado de siete kilómetros, que se inicia en 122 y 66, corre un emisario cloacal platense hacia un punto de la costa ubicado entre los balnearios Palo Blanco y Bagliardi.

Hace diez años, su pavimentación la convirtió en una virtual pista de carreras para numerosos conductores que buscaban acortar camino entre nuestra ciudad y la avenida Montevideo de Berisso. Y también en una trampa mortal para aquellos que se despistaran, porque a sus lados corren sendos canales aliviadores hidráulicos de los bañados del Maldonado, a cielo abierto; las banquinas son angostas y los guard-rails no abundan.

En 30 y avenida Perón, la presencia de semáforos regula un flujo vehicular cada vez más denso, alimentado por el explosivo empuje de nuevos barrios y asentamientos hacia la ruta; las frenadas, aceleraciones, y pérdidas de aceite y combustible aceleran la disgregación del asfalto, creando grietas y baches que al no ser sellados acumulan agua y se traducen en hundimientos. 

La escasa iluminación en el tramo que media entre 30 y la avenida Montevideo también es motivo de quejas en una zona de influencia que abarca Villa Progreso, Villa Zula, Villa San Carlos, Barrio Obrero, Barrio Santa Teresita, Barrio Banco Provincia, Villa Argüello, El Carmen y Los Talas.

 

 

Barrio Obrero
Barrio Santa Teresita
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Juan Domingo Perón
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Villa Progreso
Villa San Carlos
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