Abuelo tecno: a un paso de los 100, José Luis se le anima a la “compu”
| 16 de Octubre de 2016 | 01:52

Le falta un mes para alcanzar la centuria. Sin embargo, José Luis Galván se dijo un día: “tengo que ver de qué se trata” y se anotó en un curso de computación, un ámbito que le despertó sus ganas de explorar. “Veía la gente trabajando o haciendo juegos con las computadoras y quise desayunarme”, confiesa el alumno que en dos meses solo faltó a una clase.
Las ganas de aprender y la cercanía del Centro de Formación Profesional N° 428 “Luis Horacio Campos” - 117 entre 35 y 36 - alentaron a José, al que en principio lo único que le resultaba familiar de la computadora era el teclado.
“No tengo computadora, no tengo nada, pero igual me anoté en el curso y en este tiempo aprendí a trabajar con algunos programas como el Word”, dice el hombre nacido en San Nicolás que el próximo 22 de noviembre cumplirá 100 años.
Según cuenta, su familia llegó a La Plata cuando él era pequeño; su padre se desempeñó como intendente en el Colegio Nacional, en el que varios años después él también trabajó como auxiliar docente.
Además fue dibujante del Ferrocarril Provincial, oficio que le permitió participar del área de diseño y, durante algunos años, fue profesor de tecnología mecánica en el colegio Albert Thomas.
José enviudó y perdió una hija hace unos años, pero tiene un hijo, Luis Eduardo - 73 - y dos nietas que lo alientan en esta nueva empresa de aprender computación.
con Espiritu digital
“A mi me gustaba mucho la mecánica, pero como dice mi nieta esto lo puedo aprovechar para entretenerme, es algo que no afecta mi problema de motricidad, que es lo que me condiciona”, apunta el hombre a la vez que asegura que continuará con los cursos mientras su salud se lo permita.
Con ese espíritu llega los martes y jueves al centro que funciona en el edificio de la Unión de Carga y Descarga del barrio Hipódromo. Pese a que los cursos son de capacitación laboral, José se entusiasma con la idea de descubrir el uso de una herramienta que hasta hace poco tiempo le resultó un elemento indescifrable.
“Me sirve para desviar mi atención de algunas preocupaciones que tengo”, asegura el alumno. A su lado, la profesora Valeria Piñero destaca la voluntad que demuestra José en cada clase y el costado social que pone de relieve en los recreos, cuando se reúne a charlar con sus compañeros, que son unos 70 años más jóvenes que él.
“A veces se enoja con la computadora cuando algo no le sale, pero al rato se le pasa”, afirma la profesora.
“A veces se enoja con la computadora cuando algo no le sale, pero al rato se le pasa”, comentó su profesora de computación
Ese hombre que en su juventud practicó ciclismo, remo y pelota paleta no está dispuesto a ser un soldado manso de la clase pasiva y eso queda expuesto en cada una de sus palabras.
“Yo me levanto a las 6 de la mañana, hago mandados, me encargo de mi casa y me cocino porque tengo que comer”, cuenta al repasar cómo son sus días.
Sin embargo cuando se le pregunta si le aconsejaría a un adulto mayor realizar cursos para mantener el espíritu en forma es contundente: “no tengo idea de qué aconsejar, pero si creo que aunque sea en la casa uno tiene que hacer cosas”.
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