Jackie Chan: El heredero del Dragón
| 2 de Octubre de 2016 | 00:44

Nacido en Hong Kong hace 62 años, Jackie Chan es un auténtico personaje polifacético. Especialista en artes marciales, comediante, cantante, actor y doble de acción; también es acróbata, coordinador de dobles de acción, director, guionista y productor cinematográfico, edificando una exitosa carrera en Hollywood tras tomar la posta del primer artista marcial que tendió puentes entre Oriente y Occidente en la pantalla chica y la pantalla grande: Bruce Lee.
Lee irrumpió en una escena donde incluso en las películas de acción las artes marciales eran practicadas por hombres blancos y anglosajones, cautivó a la audiencia gracias a Kato, la principal razón de toda una generación para sintonizar “El avispón verde”, y a partir de allí construyó su propia carrera en el Nuevo Continente, produciendo, interpretando y participando en las escenas de acción de sus propias cintas.
Una antorcha que levantó Chan, un héroe en su país de origen quien se ha convertido en el artista marcial más codiciado de Hollywood gracias, particularmente, a su capacidad de poner el cuerpo (a diferencia de sus pares occidentales) y su timing cómico.
Chan Kong Sang, verdadero nombre del actor, en China es conocido como Cheng Lon, de familia originaria de la ciudad de Yantái, al noreste del país, una zona de la que han salido muchos luchadores. Su contribución a la industria de Hollywood va a ser recompensada con la distinción de un Óscar honorífico a su carrera que se le entregará durante la octava edición de los Premios de los Gobernadores, el 12 de noviembre próximo, en el salón Ray Dolby del centro Hollywood & Highland de Los Angeles, el mismo emplazamiento en el que se encuentra el teatro donde cada año se celebra la conocida gala de los Óscar.
En un comunicado, la Academia destacó que el actor hongkonés “ha desarrollado una inconfundible carrera internacional. Ha protagonizado, y algunas veces escrito, dirigido y producido, más de treinta películas de artes marciales en su país natal, cautivando al público con su deslumbrante condición física, su ingenioso trabajo en las escenas de acción y su infinito carisma”.
Esta entrega se separó de la ceremonia de los Oscar en 2009, cuando la Academia eliminó los denominados “momentos aburridos”, en aras de una ceremonia más ágil para conseguir mayor audiencia. Desde entonces los premios de los Gobernadores se han transformado en una gala más íntima, celebrada a puerta cerrada, pero de gran importancia para los profesionales de la industria del séptimo arte.
SUFRIMIENTO Y PASION
Jackie estuvo ligado al arte desde pequeño: a Chan le enviaron sus padres, él cocinero y ella ama de llaves, a los 8 años a la Escuela de la Ópera de Beijing, una institución con una disciplina impresionante que, en ocasiones, les hacía entrenar hasta 19 horas diarias. “Fue muy duro”, al decir del actor, pero eso le permitió adaptar las técnicas aprendidas al cine. Allí permaneció 10 años.
“Aparte de aprender a cantar, también aprendimos a bailar y artes marciales, entre lo que se incluía dar puñetazos, patadas, luchar con espadas y palos, dar volteretas… Era como una fusión de las artes chinas”, ha comentado el actor en varias entrevistas sobre el colegio.
Con el tiempo, gracias a un desembarco en el cine occidental con gran éxito en la taquilla, se convertiría en el heredero de Bruce Lee, con quien compartió como extra una película. Pero lo que le diferenció de Lee y de sus otros sucesores (Sonny Chiba, Chuck Norris, Phanom Yeerum o Jet Li) fue introducir las artes marciales en el cine a través de la comedia.
Chan comenzó a filmar números cómicos y acrobacias del kung fu gracias a su pasado teatral. En el documental “Cine Kung Fu”, Jackie comentaba: “Comencé a pensar en cómo podría diferenciarme de Bruce Lee, a mi me parecía un superhéroe y yo no lo soy. Por eso añadí otros elementos, como las volteretas o saltar sobre las mesas y otros movimientos complicados”.
CARRERA ILUSTRE
Una forma de hacer cine que le han convertido en un personaje popular en Oriente y Occidente, aunque la parte oscura del actor admitía en el diario británico The Sun que, a los 21 años, tuvo sus escarceos con el cine porno, “porque tenía que hacer de todo para sobrevivir y pagar mis cuentas”.
Sus películas, a partir de “Jui kuen - Drunken Monkey in the Tiger’s Eyes”, de 1978, fueron sumando adeptos en todas las escalas de edades. En aquel mítico filme, Chan popularizaría el estilo borracho del kung fu, que a pesar de servir como alivio cómico durante toda la cinta se trata en rigor de un verdadero estilo marcial.
Des pués vendrían títulos como “ Fearless Hyena” (1979), “The Young Master” (1980), “Dragon Lord” (1982), “Project A / Pirate Patrol” (1984), “The Protector” (1985), “Operation Condor” (1991), “City Hunter” (1993), “Rumble in the Bronx” (1994), “Who Am I?” (1998), “Shanghai Noon” (2000), “The Tuxedo” (2002), “The Medallion” (2003), “The Myth” (2005), “Shinjuku Incident”(2008), o la nueva versión de “The Karate Kid” de 2010, donde hacía de maestro de Jaden Smith, hijo de Will Smith, en una confusa adaptación: Chan le enseña al chico kung fu, y no el titular karate...
Su contribución al cine ha sido amplia, pero el amor de sus fans le llega por su comicidad y, sobre todo, porque Chan realiza sus propias escenas de acción y ha renunciado permanentemente a utilizar dobles durante el rodaje, decisión que le provocó romperse un hombro, los huesos de la cara, la mayoría de los huesos de su mano, un tobillo y la nariz en tres ocasiones. Según el propio Jackie, se ha roto todos los huesos del cuerpo en alguna ocasión.
Aunque esta versión pertenece ya al folclore popular imposible de constatar, lo que es innegable es que su sonrisa es ya historia del cine y, aunque tiene desde hace años su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, ahora, finalmente, también va a poseer una reproducción del “Tío Oscar”, el símbolo más relevante del triunfo en una industria a la que ha dedicado su vida.
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