Instalan centros de monitoreo para prevenir inundaciones
| 31 de Octubre de 2016 | 02:36

En condiciones normales, en la provincia de Buenos Aires caen anualmente, en promedio, unos 1.000 mm de lluvia. El relieve general del territorio es muy llano y sólo entre el 3 y el 5% de esta agua se escurre por los ríos hacia el mar. La mayor parte del agua caída se elimina por evaporación y transpiración de las plantas, y el exceso de lluvia queda mucho tiempo sobre el terreno, causando grandes perjuicios. Su contracara, son las graves sequías, registradas principalmente en el centro y oeste de la Provincia.
Para estudiar estos fenómenos, como el que ahora afecta al partido de General Villegas, es necesario tener buenos registros meteorológicos en distintas regiones para tomar las medidas apropiadas.
Para esto, el Instituto de Hidrología de Llanuras (IHLLA), dependiente de la CIC, constituyó un consorcio con una empresa privada especializada en electrónica y la Autoridad del Agua de la Provincia con el fin de construir 47 estaciones de monitoreo en la región, de las que 20 controlan la altura del agua y miden las precipitaciones; otras 24 controlan los procesos que ocurren en los primeros metros de la atmósfera y las variaciones del nivel del agua en el acuífero; y las 3 estaciones restantes miden el balance de energía en el terreno, a fin de comparar esta información con la que brindan diferentes misiones de satélite que monitorean la región en el área sur de la cuenca del río Salado.
El consorcio también desarrolló modelos de sensores de menor costo, certificados por normas internacionales, que pueden ubicarse en diversos lugares del terreno, entre ellos por debajo de puentes carreteros, como un sensor sónico que permite determinar la velocidad y dirección del viento midiendo el flujo del aire que pasa entre dos placas del equipo.
“Las mediciones de radiación- explicó el doctor Raúl Rivas, investigador del IHLLA- se hacen en distintos puntos del terreno y se comparan con las hechas desde el satélite, que permiten tener una visión general de las condiciones de la cuenca. Con estas imágenes de la región podríamos estimar el tiempo que permanecerá el agua en la zona y hacer un seguimiento integral de la cuenca”.
El investigador destacó también que la información recolectada permitirá ajustar y calibrar modelos matemáticos de los fenómenos, simular el movimiento y disponibilidad del agua, cuantificar el efecto de los cambios climáticos y definir las zonas vulnerables, generando mapas de riesgo de sequías y de inundaciones.
Actualmente, hay centros de monitoreo en las localidades de Rauch, Azul, Olavarría y Tapalqué, y se están instalando sensores cercanos a la ciudad de Ayacucho.
Fuente : Doctora Irene A. Maier (CIC).
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