Imágenes de un show inolvidable
| 6 de Noviembre de 2016 | 00:34

Me acuerdo que no era muy tarde y llegué a la puerta de Amadeus. Había muchísima gente (como siempre), estaba con mi primo y todos decían que Luca Prodan estaba con Germán Daffunchio en un boliche a dos cuadras, en lo del “Ruda”. Ese boliche, era un barcito de 2 metros de frente por 6 de profundidad, la verdad nunca supe si era verdad porque no fui, pero después todos dijeron que se tomaron una ginebra con Luca. Esa noche en la puerta estaba Flavio Casanova y me quedé hablando con el un rato. Estaba con una mujer, ambos con look y pose rockabilly a full. Parecía que estaban los Stray Cats en Berisso.
Entré temprano al boliche y copé el frente. Justo abajo del pie de micrófono de Luca. Más tarde entraron unos grandotes del Barrio Chino de 128 y 64, que cuando empezó el recital me revolearon para atrás y quedé en medio de un pogo que me acuerdo que si no saltaba, quedaba pisoteado por todos. El recital fue transcurriendo y hubo momentos fuertes esa noche. Uno fue cuando de tanto saltar, el piso que era de madera se rompió, se fue para abajo y quedó un agujero.
Otro momento muy loco fue cuando Luca se tira al público (en realidad se acercó mucho a la gente, lo manotearon y se tuvo que tirar). Ahí le empiezan a sacar todo, los pantalones, la remera, las zapatillas. Cuando puede subir al escenario (con los pantalones bajos) se da cuenta que le habían robado un cinto que le había regalado el hermano. Paró el recital y empezó a putear a todos. Me acuerdo textual lo que dijo: “La c..... de tu madre p... de mierda, dame mi cinturón. Me lo regaló mi hermano que me lo mandó de Italia y lo tengo hace 5 años. Dameló... Dame mi fucking cinturon”. Cuando se lo devuelven, lo mira y dice, “falta una parte b....., buscalo. Yo lo quiero, sino no hacemos más nada”. Al final tocarían un par de temas más y se terminaría el show. Obviamente, no le devolvieron la parte del cinto que le faltaba.
Cuando salí del boliche ellos todavía estaban afuera en el micro y varias minas subían y bajaban. Petinatto estaba abajo como dirigiendo la cosa y con una cara de o... total.
LAS FOTOS DE PAPA
En ese momento tenía 15 años cuando fui a ver a Sumo. Mi viejo, Ramón Almada, era perito fotográfico y era un fotografo muy conocido en Berisso. Esa noche el fue a ver a dónde me había metido yo. Estaba con la cámara, llegó a la puerta del boliche, lo dejaron pasar e hizo fotos. Sacó varias pero se fueron perdiendo, hoy quedaron pocas y los negativos seguro que se tiraron.
Hace unos pocos meses atrás, las encontré acomodando cajas que quedaron en la casa de mi vieja. Había ropa, vhs con videos, también había otros de cumpleaños de 15 y casamientos que hice hace años, pero había una caja llena de fotos que nunca me había llevado de mi casa de soltero. Todas fotos de mi época del secundario, de la Escuela, con amigos en la calle... En los ‘80 casi nadie andaba con una cámara de fotos como hoy, y yo como laburé desde siempre en eso, estaba con la cámara cargada y donde me enganchaban me pedían que saque. Entre tantas fotos, la mayoría dañadas por humedad, encontré esas 10x15 que tanto atesoraba: Sumo en Amadeus.
Cuando las publiqué en las redes sociales como un recuerdo, nunca pensé que se iba a armar tanto revuelo. Las publicaron en todos lados, las compartieron todos, entre ellos medios de Capital y hubo portales las publicaron como un hallazgo. Lo que más me impactó, fue cuando leí “las fotos fueron sacadas por el padre de Darío Almada, conocido fotógrafo de la Ciudad”. Esas fotos me llevaron en el tiempo a revivir la mejor época de mi juventud y me trajeron el recuerdo de mi viejo de una manera muy gratificante. Ojalá haya servido para darle el verdadero valor que tienen las fotos, ese momento que se captura y nunca más se va...
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