El lado B del romance hollywoodense
| 12 de Diciembre de 2016 | 01:06

Amar ya no significa lo mismo que hace diez años: la afirmación no esconde una nostalgia por tiempos que no volverán, sino la creencia de que el siglo XXI no sólo aportó a la humanidad smartphones, sino un cambio estructural en el modo en que nos relacionamos, en el modo en que percibimos las parejas y en la forma en que, particularmente, las mujeres se perciben a sí mismas.
Así, no es que las comedias románticas clásicas ya no tengan el empuje en la taquilla de los días de “Tienes un e-mail” y “Realmente amor”, sino que las fórmulas clásicas de romance, las cimentadas con los grandes clásicos del género durante los ‘80 y los ‘90, ya no generan el mismo efecto en una audiencia que no puede dejar de cuestionar convenciones y actitudes añejas.
Ahora, los jóvenes que fueron criados con Meg Ryan o Kate Hudson han comenzado a escribir sus propias historias como respuesta, comedias retorcidas, realistas y marcadas por la depresión, la soledad y las adicciones donde el amor no parece la conclusión inevitable sino un arduo trabajo sin final feliz posible.
“Crazy ex-girlfriend”, la serie musical que llega a la pantalla de Netflix desde el jueves, es una de las expresiones más celebradas de las “anti rom-coms” (comedias anti-románticas), que toman la fórmula del género y, jugando con las expectativas de la audiencia, acostumbradas al “final feliz”, lo ponen de cabeza.
La serie de 18 episodios fue creada por Rachel Bloom, una pequeña celebridad de YouTube gracias a sus videoclips paródicos, quien fue vista por Aline Brosh McKenna, la otra pluma del proyecto.
McKenna quedó atrapada por uno de los principales éxitos del canal de Bloom, “Canción de princesa de Disney históricamente precisa”, y llevó esa subversión de las magias del gigante de la animación que talló las expectativas de millones de personas a la pantalla chica, donde ambas decidieron narrar el intento desesperado de una ex novia obsesiva por reconquistar a su primer pareja, contrastando las expectativas de amor eterno gestadas tras años de consumo de ficciones románticas con la pared fría de la realidad.
EDUCACION SENTIMENTAL
Como en “Madame Bovary” y “Don Quijote”, esta educación sentimental tiene resultados adversos en la joven protagonista, Rebecca Bunch (la propia Bloom, ganadora del Globo de Oro a mejor actriz de comedia y sospechosamente ausente de los Emmy), exitosísima abogada condenada a la insatisfacción quien, tras años de soñar con ser una princesa de Disney, fantasea en formato de musical.
“La gente se preocupa por la violencia o el sexo en la televisión, pero el verdadero peligro es el romance. Las comedias románticas son peores para nosotros que la más explícita violencia”, afirma Kate Willert, crítica de cine del sitio Cracked, y llama al género “cómplice de trauma” antes de enumerar junto a sus compañeros los estereotipos que promueve sobre la belleza y el éxito: “Las mujeres son todas preciosas. Pero encima tienen éxito, grandes trabajos, hasta que descubren que su felicidad no es real porque no tienen un hombre a su lado”, se apasiona.
Bunch es producto de ese imaginario y por eso cruza el país de Nueva York a un pueblito ignoto de California en busca de un novio de la juventud, construyendo mil y una estratagemas para reconquistarlo y caminando siempre al borde de la locura obsesiva. Porque, como Willert afirma, “las parejas de comedias románticas son todos villanos”. Y a la misma conclusión llega Rebecca, quien en uno de sus delirantes números musicales pasa de princesa de Disney a villana de su propia película y, de paso, da un giro al siempre luminoso género musical deslizando la profunda insatisfacción espiritual de la generación millenial.
Rebecca desafía así el estereotipo de la heroína, la princesa clásica, mostrando el amor como una obsesión para nada adorable y también desde su aspecto. Y lo mismo sucede con el resto del elenco de “Crazy ex girlfriend”, compuesto de galanes poco convencionales y personajes secundarios que escapan al unidimensionalismo que sufrirían en otras series.
Celebrada como una de las mejores series de 2015, por su originalidad y absoluta devoción por la incorrección política, el caos y el patetismo, “Crazy ex girlfriend”, que transita hoy su despareja segunda temporada en el cable estadounidense, llegará al fin al país con toda su primera temporada disponible, desde el jueves.
PARA AGENDAR
Qué: “Crazy ex girlfriend”, primera temporada
Cuándo: Desde el 15 de diciembre
Dónde: Netflix
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