Ni los dibujitos se salvan en 2016: murió He-Man

Parece que ni siquiera los personajes de ficción están a salvo de este negro 2016: el último héroe popular en caer, tras las recientes muertes de Carrie Fisher y George Michael, es He-Man, el héroe de la animación que irrumpió en las pantallas de TV argentinas en los 80 y los 90 causando furor entre los más chicos.

Al héroe blondo no lo salvó ni siquiera el Poder de Grayskull que invocaba, y, de hecho, el gran poder que se concentraba en su espada terminó siendo la perdición de uno de los personajes más poderosos del universo: la mítica Espada de Poder fue robada por Mumm-Ra, quien apuñaló con ella al Príncipe Adam.

¿Mumm-Ra? Sí, el mismo, el archinémensis de los “Thundercats”, otra animación de aquellos días: DC Comics decidió cruzar los universos de los héroes ochentosos en un cómic que trajo algarabía a los fans de las sagas, pero que rápidamente dio un rotundo giro hacia la oscuridad, dejando boquiabiertos a todos.

La aventura conjunta cuenta el enfrentamiento entre He-Man y León-O, el héroe de los “Thundercats”, versus los dos villanos de aquellas sagas, Skeletor y Mumm-Ra: un canto a la nostalgia que de repente shockea al lector con el apuñalamiento del gran héroe y su posterior funeral.

“Con la victoria y con el triunfo también puede llegar el dolor”, comentan los presentes en la despedida de He-Man, quienes también afirman que “es una triste verdad que los héroes también caen”.

Por supuesto, parece difícil imaginar que se trate de un final definitivo para el héroe: primero, porque los personajes de historietas resucitan constantemente; segundo, porque todo huele a una estrategia de DC para generar interés.

El campeón de Eternia es un personaje creado en 1981 por Roger Sweet junto a Mattel, y fue antes que una serie animada una línea de muñecos. Y sólo recientemente DC Comics se hizo con los derechos tanto de He-Man (en 2012) como de Thundercats (2013): la decisión de combinarlos huele así a una estrategia para levantar las ventas y, probablemente, para despertar interés y nostalgia en estos viejos héroes y quizás preparar la cancha para un nuevo desembarco en la pantalla chica... o la grande. Ante este panorama, ¿por qué matar definitivamente a He-Man?