Bagnato recordó a su familia a 22 años de la Masacre de Flores

El 17 de febrero de 1994, hace ya 22 años, Fructuoso Álvarez González asesinó a toda la familia de Matías Bagnato, incendiando la casa mientras dormían, en lo que se denominó la “Masacre de Flores”.

Era su venganza por una supuesta deuda. En el incendio, murieron los padres de Matías, sus dos hermanitos menores y un amiguito, que ocasionalmente dormía allí. Meses antes del crimen, el acusado ya había agredido a la abuela del que se convirtió en el único sobreviviente de la barbarie.

El asesino no sólo no se arrepiente de haber quemado vivas a cinco personas, entre ellas tres niños, sino que en cada oportunidad que tuvo amenazó a Bagnato.

Fructuoso Álvarez González fue condenado a perpetua por el múltiple homicidio.

Increíblemente, en 2004 le permitieron completar su condena en España.

“Como nadie de la Justicia argentina controló nada –se preguntó Matías–. España lo dejó libre en base a un error en el expediente: la fecha del homicidio estaba mal anotada –1990 en vez de 1994–. Eso le restó años y en el 2008 lo dejaron completamente libre”.

Cuando volvió a la Argentina, Migraciones lo demoró, porque en el sistema estaba registrado que debía estar cumpliendo condena.

Bagnato, cabe recordar, se enteró de que el múltiple asesino estaba libre, el día que el teléfono sonó en su casa, de madrugada, a la misma hora del incendio, 15 años antes. Al otro lado de la línea, Fructuoso Álvarez González lo amenazaba de muerte.

Ayer, en la red social Twitter, Bagnato recordó a sus familiares: “(...) Cuánta falta me hacen Ma, Pa, Fer y Ale. Los extraño y Amo tanto”.

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