“Vergüenza y disculpas” del Arzobispo por festejos en los colegios católicos
| 11 de Marzo de 2016 | 03:18

“Insensatez adolescente”; “complicidad de las familias” y “autoridades escolares descolocadas”. Esas son algunas de las afirmaciones que hizo ayer el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, en relación a los festejos del “último primer día” que protagonizaron esta semana los alumnos de escuelas secundarias.
LA DECLARACION
“Durante la semana que concluye, varias madrugadas, los vecinos de la Ciudad han sido despertados a deshora por esa nueva insensatez adolescente que es el festejo del `último primer día`. Lo que me apena es que los protagonistas de esa costosa y ridícula algazara hayan sido alumnos de colegios católicos; la mayoría de ellos, seguramente, habrán cursado en tales instituciones desde el jardín de infantes. ¿Qué hemos logrado?”, se pregunta el Arzobispo en relación a estos festejos.
“No se me oculta que estas modas descolocan a las autoridades escolares y cuentan con la complicidad de las familias. Sé de un caso en que los padres consiguieron `negociar` con sus hijos que por lo menos pasaran la velada en un lugar seguro”, afirma la máxima autoridad de la Iglesia Católica en la Región.
“Afortunadamente -agrega Aguer- yo me eduqué en colegios estatales, que eran excelentes por aquella época; éramos pobres, no existían prácticamente los más accesibles colegios parroquiales, y mis padres jamás hubieran podido pagar la cuota de uno regido por una congregación religiosa”.
“ Durante la semana que concluye, varias madrugadas, los vecinos de la Ciudad han sido despertados a deshora por esa nueva insensatez adolescente que es el festejo del `último primer día`. Me avergüenzo de lo sucedido..." Hector Aguer Arzobispo de La Plata
“Me pregunto cuánto habrán gastado nuestros chicos y chicas sólo en comprar las bombas de estruendo. Justamente en el Año de la Misericordia, en el cual la Iglesia nos exhorta a ocuparnos de tantos hermanos que viven en la miseria. Otro tipo de festejo pudo hacerse, ciertamente, por ejemplo pasar la noche en oración para impetrar a Dios por la suerte incierta de la Argentina u organizarse para asistir y consolar enfermos en los hospitales más abandonados e invertir en obras de caridad el dinero malgastado. Esos hubieran sido signos verdaderamente cristianos y fuente de una alegría evangélica para todos. Pienso que son gestos que, bien propuestos y preparados, pueden seducir el corazón generoso de los jóvenes. Si alguien duda de lo que estoy diciendo, por favor, lea los Evangelios. La fe cristiana pide a los cristianos otra cosa”, agrega en su declaración.
“SERIA REFLEXION”
“A quienes cumplimos alguna función educativa, y en primer lugar -si fuera posible- a las familias, hechos como el que comento deben llamarnos a una seria reflexión: cómo formar cristianos auténticos en una sociedad de paganos bautizados. ¿Les interesa realmente eso a los padres que envían a sus hijos a nuestros colegios?”
“Me avergüenzo de lo sucedido, y en la medida en que me cabe una responsabilidad, pido disculpas”, concluye Aguer en su declaración pública sobre los festejos que se han hecho más frecuentes y extendidos en los últimos años.
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