Impedir la formación de basurales “espontáneos” en la Ciudad es tarea de todos
| 26 de Marzo de 2016 | 02:35

A pesar de que existen distintas ordenanzas y otras prescripciones que legislan y disponen medidas destinadas a garantizar las mejores condiciones de limpieza en las calles y demás espacios públicos de la Ciudad, no deja de advertirse en los últimos años la aparición de residuos esparcidos aquí y allá, así como, especialmente, de basurales espontáneos que se forman en lugares prohibidos, en una situación que expone por igual las actitudes desaprensivas de muchos vecinos y las demoras en que incurre en la Comuna para impedir esas formaciones y preservar el mejor estado de esos lugares.
Ahora son los vecinos de Melchor Romero los que acaban de denunciar la presencia de estos basurales a cielo abierto en su localidad, apuntando en primer término al existente desde hace años en la zona de 161 y 525. Señalaron que se vinieron realizando múltiples reclamos ante la delegación municipal y el Palacio comunal, sin haberse obtenido ningún tipo de respuestas concretas.
Para fundamentar su pedido aludieron al constante crecimiento poblacional en esa zona como a la aparición constante de roedores causada por la endémica presencia de desperdicios, en un lugar habitado cada vez por menores de edad, algo que genera temores por los posibles contagios e infecciones que pueden propagarse. Pusieron de relieve, asimismo, que por la zona no pasan los camiones recolectores de la Municipalidad y que ninguna cooperativa de trabajo se encarga de la limpieza. De modo que las montañas de basura no dejan de crecer.
Al igual que lo que ocurre en otros barrios, los vecinos de Romero señalaron que la basura no sólo es arrojada por algunos vecinos de la zona, sino por gente que viene de otros barrios, ve la montaña de desechos y allí arroja cualquier cosa.
Al margen de la imperativa obligación que atañe al Municipio, de mantener activo un servicio de limpieza y recolección en todo el distrito, que sea eficiente, correspondería, sin embargo, insistir en que la desaprensión de muchos vecinos ha llegado a tales extremos que, en la práctica, resulta casi estéril que se limpie un lugar convertido en un basural –con el habitual uso de maquinarias tales como palas mecánicas y camiones- para que de inmediato vuelvan a arrojarse en el mismo sitio bolsas de residuos y toda clase de desechos.
La limpieza del espacio público está directamente vinculada a la calidad de vida en la Ciudad. Y por supuesto, a su imagen hacia afuera. Por eso se trata de una cuestión que merece la máxima atención y todos los esfuerzos de parte de la Comuna.
Aquí se ha dicho muchas veces, que el tema involucra a la conducta ciudadana. Y que los propios platenses tienen un alto grado de compromiso en el mantenimiento de la Ciudad limpia. Incorporar hábitos ciudadanos que contribuyan a no ensuciar el espacio que es de todos, es una clave importante para garantizar la limpieza de la Ciudad.
En ese sentido, no arrojar residuos a la calle; no contribuir a la formación de basurales; respetar los horarios indicados para sacar la basura a la puerta; cumplir con un adecuado embalaje de los residuos, son todas conductas que cada vecino debe preocuparse por observar. Pero desde ya que la máxima responsabilidad recae sobre las autoridades, que deben ocuparse de garantizar un eficiente sistema de recolección de residuos y de limpieza general de la vía pública.
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