“Todos al piso”, el grito que metió miedo en un comercio de 12 y 44
| 25 de Abril de 2016 | 02:23

Dos mujeres y un varón, todos arriba de una moto, seguían de cerca a un auto. Aparentemente no lo perdieron de vista ni un momento, desde que lo ubicaron y hasta que vieron donde iba a bajar el conductor. Esperaron un instante y se metieron, convencidos de lo que iban a hacer.
Eran las 10.30 de la mañana de ayer. Una de las ladronas tocó el timbre para que le permitieran pasar a la fábrica de sandwiches de miga de 12 y 44. La empleada que les abrió “al principio no se dio cuenta, pero después se vio entregada”, describió una compañera.
En efecto, su intuición tuvo su correlato en segundos. A la mujer se sumaron los otros dos delincuentes, cada uno con un casco en la cabeza y un arma en la mano. La joven que les abrió la puerta primero fue sujetada por el cuello y después encañonada en la cabeza, con una pistola que cargaron delante de sus ojos.
CON SAÑA
Además de la primera víctima, había cinco personas más trabajando en la parte posterior del negocio. Hacia ahí fueron los intrusos, como si conocieran con antelación cómo acceder. Todos debieron obedecer la orden de tirarse al suelo y dejarse palpar: los delincuentes les sacaron los celulares, las billeteras y cualquier otro objeto de valor.
Mientras lo hacían, los castigaron con saña. “A casi todos les pegaron patadas mientras estaban tirados en el piso, y a una chica también la pisaron”, relató otra de las empleadas del negocio, durante una entrevista con este medio.
Sin dudas, lo que llevó a los delincuentes hasta ese negocio fue que aparentemente sabían que encontrarían dinero en efectivo. “Estuvieron siguiendo al auto del encargado que traía la recaudación de otra sucursal. Así que cuando entraron se robaron esa plata y lo que había acá”, relató la empleada, que evitó dar cifras.
“Además preguntaban dónde está la caja fuerte. Parecía que sabían de antemano”, agregó.
El negocio tiene cámaras de seguridad. Esa filmación, sumada a las declaraciones que hicieron las víctimas en la comisaría, podría servir para que los efectivos identifiquen a los delincuentes, a pesar de que llevaban las caras tapadas.
En la zona empieza a haber preocupación por la delincuencia: “En los dos fines de semana pasados, también en domingos, entraron a robar en la panadería de enfrente”, concluyó la empleada.
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