"Las familias son sujeto y no solamente objeto de evangelización".

En la exhortación apostólica "Amoris laetitia" ("La alegría del amor") publicada hoy, el papa Francisco advirtió sobre las consecuencias negativas que tienen en los hijos las peleas de los padres separados, en un marco donde planteó los "desafíos" de la familia y consideró a la Iglesia como una suerte de "hospital de campaña" que debe procurar la integración de aquellos núcleos familiares heridos.

En uno de los párrafos con mayor apelo a lo cotidiano, el pontífice advirtió con fuerza que "es una irresponsabilidad dañar la imagen del padre o de la madre con el objeto de acaparar el afecto del hijo, para vengarse o para defenderse, porque eso afectará a la vida interior de ese niño y provocará heridas difíciles de sanar".

A lo largo de los 324 párrafos del documento, que se nutre de los sínodos sobre la familia realizados en el Vaticano, como también de las contribuciones de diversas conferencias episcopales del mundo y del pensamiento de personalidades como Martin Luther King o Erich Fromm, Francisco consideró que "las familias son sujeto y no solamente objeto de evangelización".

En el texto, Jorge Bergoglio dio cuenta de los numerosos desafíos que hay en la actualidad, desde el fenómeno migratorio a las negociaciones ideológicas de la diferencia de sexos ("ideología del gender"); desde la cultura de lo provisorio al impacto de la biotecnología en el campo de la procreación; de la falta de casa y de trabajo a la pornografía y el abuso de menores; de la atención a las personas con discapacidad, al respeto de los ancianos y a la violencia contra las mujeres.

En ese contexto se enmarcan las reflexiones finales del capítulo cuarto de la exhoratación, en donde el obispo de Roma reconoció la nueva dinámica familiar en lo que denomina la "transformación del amor".

"La prolongación de la vida hace que se produzca algo que no era común en otros tiempos: la relación íntima y la pertenencia mutua deben conservarse por cuatro, cinco o seis décadas, y esto se convierte en una necesidad de volver a elegirse una y otra vez", sostuvo.

"El aspecto físico cambia y la atracción amorosa no disminuye pero cambia: el deseo sexual con el tiempo se puede transformar en deseo de intimidad y complicidad. No podemos prometernos tener los mismos sentimientos durante toda la vida. En cambio, sí podemos tener un proyecto común estable, comprometernos a amarnos y a vivir unidos hasta que la muerte nos separe, y vivir siempre una rica intimidad", agregó.

A lo largo del escrito, en el que el pontífice llegó incluso a reconocer que a la hora de plantear respuestas a las familias "puede ser útil también la experiencia de la larga tradición oriental de los sacerdotes casados", Francisco reforzó otro de los ejes que había aparecido con fuerza durante los sínodos: "la preparación pre matrimonial".

En esa línea, al tiempo que aconsejó sobre formas superar las crisis, el Papa pidió una mayor preparación para el matrimonio en la que "cada Iglesia local discernirá lo que sea mejor", aunque advirtió que "no se trata de darles todo el Catecismo ni de saturarlos con demasiados temas".

 

Amoris
Erich Fromm
Francisco
Iglesia
Jorge Bergoglio
Martin Luther King
Papa
Roma
Vaticano

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE