“Nunca viví cosas tan fuertes en una cancha de tenis”
| 14 de Agosto de 2016 | 00:15

RIO DE JANEIRO, BRASIL
ESPECIAL
Por PEDRO GARAY
ENTREVISTA
Juan Martín Del Potro es pura felicidad: acaba de acceder a la final de los Juegos Olímpicos de 2016 y estallar en llanto tras dar el segundo golpe del torneo, esta vez ante Rafael Nadal, y no entiende “nada”: “Recién ahora me estoy dando cuenta que gané. Todavía no entiendo que gané una medalla, que me voy de Río con una colgada. Es mucho más de lo que podría haber soñado”, afirma con los ojos enrojecidos de tanto lagrimear con los suyos en la tribuna.
Y es que el shock es muy grande: muchos, incluido él, sintieron que entre lesiones y el tiempo que llevaba inactivo, o compitiendo esporádicamente, el retiro estaba cerca. Y de repente, consiguió cuatro triunfos en la elite del tenis, sacando al número uno del mundo y al “insoportable” Rafael Nadal, al que hay que “matar” varias veces para ganarle, y ya se aseguró volver a casa con medalla.
“Me cuesta entender todo esto: desde la parte emocional, nunca viví cosas tan fuertes en una cancha de tenis. Es uno de los momentos más importantes de mi vida, tenísticamente y personalmente también, después de todo lo que me había pasado, tanto tiempo fuera del circuito”, dijo Delpo, arrastrándose entre la marea de periodistas que luchaban por conseguir una declaración ante una de las grandes historias de todos los Juegos: el tenista que volvió de la “muerte”.
Quienes lo mantuvieron con vida fueron las personas de su entorno más inmediato, en quienes Delpo pensó automáticamente tras ver esa última bola de Nadal irse ancha, y con quienes se fue a abrazar al instante: “Se me vino a la cabeza la gente que hizo que no abandone este deporte, a pesar de los malos momentos”, confesó el tandilense, doble medallista olímpico.
Si la familia lo mantuvo con esperanzas en las horas más oscuras, esas que transcurren lejos de los flashes, Delpo admitió que durante este torneo, su combustible principal ha sido el público: “Los argentinos que estaban cerca me ayudaron mucho durante el partido a que no baje los brazos. Es un triunfo de todos: me están ayudando a que no me rinda, las piernas ya no me dan más, pero cuando miro para afuera... me ayudan a seguir corriendo”, lanzó para quienes se entregaron esta semana a Del Potro, azorados por el regreso de ese tenis de derecha demoledora que despierta, espontáneamente, exclamaciones incluso en quienes hinchan por el rival.
Que, en este caso, es la mayoría del público: anteayer, los brasileños abuchearon a Nadal, que venció al local Bellucci, pero ayer el mallorquín volvió a ser el favorito del público carioca. Delpo, quien hasta aquí venía afirmando disfrutar del clima copero, deslizó ayer que “con la gente se volvió bastante complicado, sabía que no podía hacer ningún gesto para no avivar ese fuego”.
Mientras miles de seguidores argentinos sufrían con el encuentro, era esa mayoría la que celebraba que, tras estar al borde del knock out con Del Potro sacando para partido, Rafa haya regresado a la vida: “Cuando fui a sacar 5-4, lo único que pensaba era meter todos los primeros saques. Fue lo que hice... y lo perdí en cero. Eso marca lo que es Rafa, nunca se entrega”, ofreció como alabanza a su rival La Torre de Tandil.
Finalmente, Delpo pudo sobreponerse a aquel game e imponerse en el tie break, asegurándose así plata y yendo, ahora, por el oro ante Murray: “No puedo creer haber ganado una medalla, más cuando vi el sorteo: me tocaba Djokovic... estaba pensando más en el asado en Tandil que en una medalla”, se sonrió Juan Martín, y aunque admitió que es muy difícil ponerse a pensar en el rival, entre la emoción y el cansancio, adelantó para hoy que “con Murray tengo que tirar de derecha, que es lo que me está funcionando, y meter primeros saques. Andy es el gran favorito, está jugando espectacular: ojalá que pueda disfrutar la final y complicársela”.
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