Orgasmódromo olímpico

Por IRENE BIANCHI
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Twitter @irenebianchi

- ¿Y, chicas? ¿Festejaron o no festejaron el 8 de agosto?

- ¿El 8 de agosto? ¿Qué había que festejar? Ni idea.

- ¿Cómo qué?! Me extraña, araña. El Día del Orgasmo Femenino.

- Otro bolazo tuyo, Elvi. ¡Qué imaginación que tenés, amiga!

- No es invento mío, Leti. Se le ocurrió a un concejal de un pueblito de Brasil.

- Dame las coordenadas, a ver. ¿Cómo se llama ese lugar?

- No se rían. Ahí va. Esperantina.

- ¡Lógico! La esperantina es lo último que se pierde, ¿no?

- Parece que el chabón se sentía culpable porque tenía ciertas “deudas sexuales” con su mujer, y entonces se le ocurrió impulsar una ley para que sus conciudadanos se esmeraran un poco más a la hora del sexo.

- Pero obligarlos por ley, no tiene gracia. Eso tiene que ser espontáneo.

- Me hiciste acordar, Elvi. Hace años vi una obra de Darío Fo que se llamaba “Un orgasmo se escapó del zoo”.

- Es que suena a bicho. Orangután, o algo así.

- Para nuestras abuelas y nuestras viejas, esa palabra era desconocida.

- No sólo la palabra. La sensación misma era desconocida. Y hasta pecaminosa.

- Y sí. El sexo dentro del matrimonio era sólo para procrear, o para satisfacer al macho. El placer estaba siempre afuera. Con las otras. Las amantes.

- ¡No se hagan las modernas y evolucionadas! Que a las de nuestra generación también nos costó un perú vivir el placer sin culpas ni mojigaterías.

- Pero ahora las minas se pasaron de rosca. Son todas fálicas, como Moria.

- Prefiero una mujer fálica a una mujer objeto. Ahora los “sex toys” son ellos.

- El péndulo va de un extremo al otro. Ya encontraremos el justo medio.

- Es que ya ni se los necesita para engendrar hijos. Banco de esperma, y a otra cosa, mariposa. Juanita Repetto ya debe estar por parir. Toribio, le puso.

- “Tori”, le van a decir. O “Toro”. ¡Qué manía tienen los famosos!

- Peor “Merlin Atahualpa”, el de la Oreiro. O “Andanin”, “Intila” y “Lalindao”, los de Guillermo Vilas.

- Algunos de estos chicos van a demandar a sus padres cuando sean grandes.

- Volviendo al sexo, ¿vieron que mandaron un millón de preservativos a la Villa Olímpica, en Río? Todo es un gigantesco sexódromo.

- Sí, pero se dice que “lo que pasa en la Villa, queda en la Villa”.

- No tanto. Nuestra campeona Lucha Aymar encontró el amor en Río. Un tenista chileno. Fernando González.

- ¡Es que esos cuerpos son un espectáculo! ¡Tan trabajados! ¡Puro músculo!

- ¡Bocatto di Cardinale! ¡Se me hace agua la boca! ¡Qué tablas de lavar!

- Y qué chatas las nadadoras! Nada de adelante. Las tablas rasas de Descartes.

- Che, aquí entre nos, ¿ustedes son de las que fingen orgasmos?

- Te equivocaste de tiempo verbal, Leti. Más bien preguntá si fingíamos. Porque últimamente venimos bastante carenciadas al respecto.

- Hablá por vos, Sofi. Yo estoy muy bien atendida. ¿Acaso no me ves la piel?

- Eso es por la fortuna que te gastás en cremas importadas, Elvi. No macanees.

- Estuvimos lentejas, chicas. Tendríamos que haber ido un par de semanitas a Río

- Hubiéramos salido campeonas de tiro. De “me tiro un lance”.

- O de “levantamiento”, pero de garotos de Ipanema”.

- Amigas, hoy amerita un brindis distinto. Mozo, ¡caipirinha para todas!

- Chinchin