Irma celebró sus 104 años en familia con toda su vitalidad y un excelente humor
| 8 de Agosto de 2016 | 02:53

Quien la ve no puede creer que tiene 104 años. Sumamente vital, de excelente buen humor, interesada por la actualidad política del país, y excelente anfitriona, Irma Bianchi de Belardinelli vive cada jornada con intensidad: cocina, teje, lee el diario, recibe numerosas visitas de sus familiares y hace gala de sus conocimientos.
La vecina de La Cumbre disfrutó ayer de un amplio menú con el que lo agasajaron diversas generaciones.
Hijos, nietos, bisnietos, bisnietos, tataranietos, todos tuvieron la oportunidad de acercarse para saludar y felicitar a la protagonista de un festejo que tuvo todos los detalles, como un gesto de retribución por todo lo que brinda y entregó Irma para ellos,
Nacida en Italia en 1912, en la villa de Ancona, Bianchi emigró a la Argentina cuando tenía 14 años, en 1926. “Por la guerra me vine. Quería que el gobierno sepa lo que es la guerra” cuenta la vecina, que junto a sus hermanos se subió a un barco para venir a desembarcar finalmente en La Loma, en 41 y 22. Preparando el camino, uno de sus hermanos ya los esperaba acá, habiendo viajado antes para escapar de los soldados, dice Irma. Con la ayuda de un tío por parte de su madre, planeó y logró traer al resto de sus hermanos para un nuevo comienzo en nuestro país. Recién llegada, Irma comenzó a armar su propio camino. “Trabajé siempre, ayudando en casa. Primero viví con una familia y cuando ya tuve novio empecé a coser y a tejer”. Efectivamente, a los 18 años de puso de novia y tan sólo un año más tarde contrajo matrimonio con quien sería su compañero de vida durante 66 años, Gino Belardinelli.
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