Vecinos de Villa Castells denuncian una imparable seguidilla de robos
| 6 de Septiembre de 2016 | 02:07

Como en las épocas más críticas de inseguridad, entre ayer y el fin de semana hubo en Villa Castells por lo menos cuatro robos en menos de 20 horas. Sucedieron bajo diferentes modalidades y en el barrio sospechan que algunos de esos ladrones fueron sus propios vecinos.
Donde esa última cuestión no quedó tan en claro fue en el más reciente de esos asaltos. Eran las 10 de la mañana de ayer y, por culpa de la lluvia y el frío, la esquina de 11 y 499 lucía desértica.
Los que se aprovecharon de esa circunstancia fueron al menos dos delincuentes que circulaban en un auto negro, aparentemente un Volkswagen Polo. Uno de los dos bajó y entró a una verdulería. El primer minuto lo ocupó para hacerse pasar por cliente y comprobar que nadie en la calle iría a descubrir lo que estaba por hacer.
encañonado en la cabeza
Cuando Esteban, el dueño, le estiró una bolsa de papas, el asaltante sacó una pistola y se la apoyó en la cabeza al comerciante.
Esa amenaza fue constante: se mantuvo durante el par de minutos que duró el asalto. El ladrón, de no más de 25 años, aparentaba estar drogado y nervioso, según lo vio la víctima.
Tan exaltado estaba que no se conformaba cuando Esteban le permitió llevarse la plata de la recaudación. Eran poco más de mil pesos que el delincuente se llevó sin dudar. “Por suerte tenía eso para darle, si no capaz que me pegaba un tiro”, se conformó el comerciante.
En el medio del robo, el hermano del verdulero regresó al local y se topó con la situación, impensada y sorpresiva para él. Fue por eso que también quedó frente al asaltante, quien también lo increpó con el arma y le quitó sus pertenencias creyendo que era un cliente.
Con la plata de la caja y un par de celulares el delincuente volvió a la calle y se volvió a subir al Polo negro. Se presume que por lo menos había un cómplice. Los dos se fugaron por 499 en sentido ascendente y todo se terminó “rapidísimo”. ¿Eran del barrio? Esteban afirmó nunca haberlos visto antes.
Con ese indicio “es probable que se hayan escapado por el camino Centenario”, especuló una fuente policial del caso. Los oficiales que fueron a asistir al verdulero salieron a la búsqueda de los asaltantes, aunque no consiguieron capturarlos.
Desde que abrieron el local hace seis meses, esta fue la primera vez que entraron a robar en esa verdulería. Alrededor, muchos de los demás comercios del barrio ya fueron visitados por ladrones. La tendencia preocupa desde hace años y parece no tener freno.
no se salva nadie
Uno de los robos que hubo el fin de semana sucedió en la casa de un comisario inspector, otrora jefe de la comisaría de Gonnet, la encargada de prevenir el delito en Villa Castells.
La víctima fue Cristian Bojanovich, quien también estuvo a cargo de todas las seccionales de zona Norte. Fue en la tarde del domingo cuando delincuentes irrumpieron en el domicilio familiar del hombre, en momentos en que no había nadie.
Los asaltantes se llevaron distintas pertenencias y las víctimas descubrieron el robo cuando volvieron a casa. El hecho fue denunciado y se está investigando. Aparentemente, habría sido un asalto más de la situación general que tanto moviliza en el barrio. En Villa Castells, esta clase de episodios son habituales (ver Recuadro).
Por el temor que infunden estos episodios, más los asaltos en comercios y los arrebatos en la calle, desde hace años que se organizan reuniones de seguridad con los jefes policiales y municipales.
La intención es siempre la misma: que aumente el patrullaje y que los delitos se prevengan antes de que ocurran. Hubo con el correr del tiempo diferentes respuestas oficiales, siempre con la salvedad de que los recursos escasean. Pero las reuniones se siguieron haciendo hasta el mes pasado. Nada parece haber cambiado de fondo.
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