El Rastrojero que está revolucionando el Dakar

Entre los mejores equipos del mundo, se destaca una perla de la historia motriz argentina

E l Dakar que comenzó en Asunción el 1 de enero y terminará este sábado 14 en pleno corazón porteño, acumula en su recorrido historias de todo tipo y en esta edición 2017, se destaca una muy particular: la participación de un Rastrojero. Sí, ese modesto modelo de vehículo de trabajo, propio del campo, que tuvo su época de esplendor en nuestro país, donde se lo fabricó, hace algunas décadas.

El emblemático Rastrojero, símbolo de lo que supo ser la industria nacional entre los años 1952 y 1979, llegó a este Dakar como consecuencia de la idea de un grupo de amigos que ayudaron a José Blangino, piloto cordobés nacido en Monte Cristo hace 46 años a que cumpliera su sexta prueba de aventura desde 2011. Al Rastrojero amarillo que está a los saltos por los caminos paraguayos, bolivianos y argentinos con el número 345 en su estructura ploteada de auspiciantes y un furioso color amarillo.

“ALGO BIEN ARGENTINO”

Pero que mejor que lo dijo el piloto cordobés acerca de su “aventura”: “Queríamos hacer algo bien argentino y que fuera cordobés, tiene un 40% del Rastrojero real: los papeles, la carrocería y la forma. Pero las Duster, los Peugeot, los Mini y los Toyota tampoco tienen nada de los originales... Mantienen sólo el caparazón; el organismo por dentro es totalmente distinto”, asegura Blangino.

El vehículo se mueve gracias a un motor Chevrolet Camaro V8. Cabe recordar que la versión original del Rastrojero Diesel, diseñada por los ingenieros argentinos Raúl Gómez y Félix Sanguinetti, fue fabricada por IAME (Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado, luego “Dinfia”) en Córdoba entre 1952 y 1969. La producción fue de casi 30 mil vehículos, y los vehículos no superaban los 105 km/h de velocidad máxima, con su motor diesel Borgward de 42 caballos de fuerza. En los años sesenta Juan Manuel Fangio los vendía en su concesionaria.

“Mi familia tuvo uno... ¿Quién no tuvo un Rastrojero? Éste es mi séptimo Dakar; comencé en cuatriciclos. Y para éste empezamos hace ocho meses a armar el auto, modelo ‘66, de manera artesanal, con la fibra de vidrio y las matrices. Cuando lo probamos llegó a 215 kilómetros por hora”, relató.

Y no le va mal al Rastrojero de Blangino: el prototipo se ubica 37º, con un tiempo a la víspera de 42h24m05s. “Cuando llego siempre digo «una etapa menos», porque así hay que pensar la prueba. Fijate en lo que pasó con Al Attiyah, Sainz y Spataro. Nosotros llegamos sanitos a La Paz y luego de esta carrera el auto tiene que quedar enterito, porque hay que hacerle algunas cositas para que corra en 2018”, explicó.

Ayer el piloto de Monte Cristo arribó al vivac de Chilecito a las 17:30 . Pasó la noche en la ruta, pero ya está listo para volver a correr.

“Estamos acá, después de 890 kilómetros, casi sin parar, un viaje cansador, pero ya estamos, todo está perfecto”, dijo el cordobés, quien, finalmente, pasó la noche en la Ruta 51, luego de reencontrarse con su asistencia.

Desde allí, partió rumbo al vivac de Salta y luego hacia Chilecito, para disponerse a descansar y retomar hoy, la etapa 10 de este Dakar.

El Rastrojero arrancará desde el puesto 37 de la general, todo un logro, a falta de tres etapas cronometradas para el final de la prueba.

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