Con algarabía y viajes “al pie de la letra”, el tren volvió a unir La Plata y Constitución

Tardó, en promedio, una hora y cuarto entre ambas cabeceras

Edición Impresa

Curiosidad, complacencia y expectación por lo que vendrá fueron las sensaciones que dominaron la escena ayer, a lo largo de la jornada que marcó el regreso de los trenes de pasajeros a la Ciudad. Los usuarios del ramal entre La Plata y Plaza Constitución -vía Quilmes- de la línea Roca experimentaron masivamente la mejora por la que esperaron más de dos años, con una grilla horaria que se cumplió virtualmente al pie de la letra y un tiempo de viaje entre cabeceras que promedió la hora y cuarto.

El primer tren salió desde el andén 7 de 1 y 44 a las 4.36; una hora y media después, a las 6.05, arribaron los primeros usuarios desde la capital federal y las estaciones intermedias del ramal -excepto Pereyra y Ringuelet, aún no habilitadas-.

Los horarios anunciados para los 66 convoyes que unieron las puntas de riel entre las 4.36 y las 20.47 -ida a capital federal- y entre las 4.53 y las 21.10 -vuelta-, con intervalos de media hora, se respetaron sin percances, con la excepción de algunas demoras provocadas por la presencia de densos bancos de niebla en horas de la mañana.

Dentro de los vagones, que están conectados por fuelles -sin puertas- para permitir mejor tránsito entre coches y visibilidad, además de estudiantes y trabajadores se vieron curiosos, familias con chicos, ferroaficionados y veteranos entrados en canas que no quisieron perderse el “momento histórico”.

Allí, un alto porcentaje de las charlas tuvo como eje el nuevo esquema ferroviario, sus ventajas respecto de los engorrosos transbordos entre micros y trenes que eran indispensables desde febrero de 2016, y la clásica inquietud de “a ver cuánto dura así”, aludiendo a la pulcritud de los vagones, la puntualidad y los esporádicos problemas eléctricos que paralizan el ramal y ayer no se hicieron presentes.

Tampoco faltó el folklore vocinglero de los vendedores ambulantes de cubanitos, manteca de maní, candados, lápices y marcadores, revistas de crucigramas, alfajores, medias y accesorios de todo tipo para la vida cotidiana. La seguridad a bordo estuvo representada por varios agentes de prevención, guardas y un controlador de boletos que, lector de tarjetas mediante, verifico las credenciales SUBE o picó al estilo tradicional los tickets de papel, según el caso.

Con capacidad máxima para dos mil pasajeros, las formaciones que cubrieron el trayecto de 52 kilómetros hasta suelo porteño absorbieron con bastante éxito el impacto de las horas pico, que en la estación local se registraron entre las 6 y las 8, entre las 13 y las 14, y a partir de las 17. Desde 1 y 44 se tardaron cinco minutos hasta la localidad de Tolosa; doce hasta Gonnet; diecisiete hasta City Bell; y veintitrés hasta Villa Elisa.

ESPERA Y CELEBRACION

Para esperar los trenes, los usuarios hicieron larguísimas colas bajo el sector de la estación local que conserva su techo -el de la nave principal está en reparación- y ante las rampas de ascenso del andén 7, provisorias como el resto de la estructura elevada de vigas tubulares y placas de madera. Muchos de ellos subieron a los vagones filmando la experiencia y tomando fotos para enviar a sus familiares y amigos.

En las inmediaciones de la terminal ferroviaria, los comerciantes expresaron agrado por la novedad. “Se notó más movimiento de gente, con muchos clientes no habituales que nos contaban que iban a tomar los trenes o habían llegado desde capital o el Gran Buenos Aires” señaló el encargado de un kiosco polirrubros de diagonal 80 entre 45 y 46.

No todas fueron flores para el nuevo servicio: vecinos de barrio Norte reclamaron la urgente señalización de los pasos peatonales a nivel existentes en el tramo ferroviario que atraviesa el casco histórico platense.

“Los vecinos se desacostumbraron totalmente al paso de los trenes, fueron dos años en lo que se cruzaban las vías prácticamente sin peligro” explicó Néstor Abel Díaz: “acá los cruces no tienen ni siquiera molinetes, no hay señales ni carteles ni alarma sonora. Estas locomotoras son mucho más silenciosas que las diesel, y cuando las escuchás ya las tenés encima”.

Díaz subrayó que “es peligroso para los grandes y mucho más para los nenes; llamé a todos lados, incluyendo al ferrocarril, y nadie se hace cargo. Ojalá no reaccionen tarde después de una tragedia”.

TIEMPO Y DINERO

El regreso de los trenes a la Ciudad se dio dos años, un mes y doce días después de que las imponentes locomotoras diesel que predominaron a lo largo de medio siglo hicieran sus últimos viajes.

De acuerdo con el ministerio de Transporte nacional, que tiene a su cargo el plan de modernización ferroviaria, los coches eléctricos permiten ahorrar quince minutos respecto de lo que demoraban aquellos convoyes que circularon hasta septiembre de 2015.

En las próximas semanas, al ramal vía Quilmes se agregarán dos paradas, de estaciones que se hallan en obra: Pereyra y Ringuelet. Las frecuencias de media hora vigentes desde ayer para los días hábiles y sábados, se ampliarán, los domingos y feriados, a cuarenta minutos.

Ahora, de cada cuatro formaciones que parten por hora desde Constitución hacia el sur del Gran Buenos Aires -por vía Quilmes-, todas llegan a Berazategui, y dos de ellas a 1 y 44.

El cuadro tarifario establecido en abril pasado mantendrá, de momento, su vigencia: con tarjeta SUBE, el viaje ida y vuelta entre las cabeceras del ramal (La Plata y Plaza Constitución) seguirá costando $8; sin esa credencial, pagando en efectivo, el “viaje redondo” se va a $16. Los abonos mensuales, con SUBE, se mantendrán en $160.

Hoy por hoy, realizar el mismo viaje a bordo de un colectivo cuesta unos $40, con tiempos similares a los del tren pero atados en definitiva a la cambiante densidad del tránsito.

Los coches del tipo EMU (por Electric Multiple Unit, “unidad eléctrica múltiple”), adquiridos a la empresa china CSR-Sifang, que desembarcaron ayer en La Plata, poseen aire acondicionado, iluminación con tecnología de tipo LED, cartelería digital, sistemas de información visuales y auditivos, puertas “inteligentes” y furgón con capacidad para colgar media docena de bicicletas. Si bien pueden desarrollar velocidades de hasta 120 kilómetros por hora, el estado de las vías no permite superar los 90.

 

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE