San Luis, enfrentada a varios incendios incontrolables y a una dramática emergencia

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La provincia de San Luis enfrenta desde anteayer las dramáticas alternativas de varios incendios incontrolables en la zona de las serranías, con el inmediato saldo de poblaciones evacuadas, grandes humaredas que obligaban a los habitantes a protegerse con paños húmedos en la cara y que causaban intoxicaciones, según los partes del organismo puntano de Defensa Civil.

Una vez más una vasta zona del país se encuentra expuesta al poder devastador de los incendios que generan enormes pérdidas materiales y llegan a poner en peligro la vida de muchos pobladores, especialmente de quienes se encuentran afincados en pueblos y ciudades cercanos al lugar de los siniestros, habitualmente desprovistos de recursos eficaces para combatir las llamas.

Con ráfagas del viento Zonda de hasta 70 kilómetros por hora que complicaban la situación y obligaron a rescatar y trasladar a estudiantes y docentes de la Universidad de La Punta, que se encontraban allí, entre pajonales que ardían, se desarrollaba un desigual combate al fuego por parte de distintas dotaciones de bomberos a 20 kilómetros de la ciudad de San Luis. Se afirmaba, así también, que se aguardaban lluvias recién para el martes próximo.

Las autoridades informaban, asimismo, que sólo uno de los tres principales incendios, habría sido resultado de un acto intencional, asegurándose que estaba identificado el autor. Por su parte, desde las radios se propalaban constantes llamados a mantener la calma y seguir las indicaciones de los bomberos y la policía, descartándose aquellos mensajes que circulaban a través de las redes sociales.

El viento norte, poco común con esa intensidad en esta zona, generó incendios cuyas llamas causaron la quemadura de cables de alta tensión que suministran energía eléctrica a la provincia, por lo que el servicio estuvo interrumpido por varias horas. En tanto, en la ciudad de Juana Koslay, a 10 kilómetros de San Luis, se interrumpió el servicio de agua potable por problemas en el bombeo, y también hubo carteles y árboles caídos en la calle.

Está claro que los incendios no dan tregua y que se reiteran en los últimos años en buena parte del mapa y de ricas zonas de la Argentina. Y la realidad es que, si bien se han advertido algunos avances -sobre todo a partir de algunas verdaderas catástrofes registradas por ese motivo en el Sur- todavía no se nota que existan resguardos adecuados y sobre todo que funcionen con la eficiencia necesaria para generar una protección efectiva de la enorme riqueza que significan para el país los bosques, los campos y las reservas forestales.

Una vez más se hace sentir la escasa o nula disponibilidad de más y mejores aviones hidrantes, la existencia de una organización de las estructuras de defensa civil y, también, la imprescindible asistencia a quienes -a veces heroicamente, a pulmón- combaten las llamas, sin contar con la suficiente provisión de recursos materiales, tan imprescindible para todos los cuerpos de bomberos en el país.

Se está hablando, en la mayoría de los casos, de contar con estructuras aptas para luchar contra el fuego, antes de que valiosos patrimonios queden devastados por la desviación de piromaníacos, por la negligencia irresponsable de muchas personas, por los arbitrios del clima o la desidia de las autoridades.

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