Cuatriciclos, el mal de todos los veranos que no encuentra solución

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Días antes de comenzar la temporada veraniega el uso de un cuatriciclo ya se cobró una vida en los médanos de Pinamar. Un joven de 30 años de edad que conducía su vehículo pasó por alto una duna y volcó contra la arena, según se informó. La víctima fue trasladada al hospital local donde falleció a las pocas horas. El lamentable episodio se convierte, así, en un alerta que debe ser atendida ya que resulta impostergable revertir, de una vez por todas, el grado de permisividad e indisciplina existentes en lo que concierne al empleo de cuatriciclos en distintos lugares de la provincia de Buenos Aires.

Cabe señalar que en los primeros días de enero pasado se habían registrado cuatro accidentes similares, de diversa gravedad, en las arenas de Pinamar. Dos hombres sufrieron fracturas al caer de sus “cuatri” tipo UTV; un menor terminó con escoriaciones múltiples tras un vuelco y un joven sufrió un corte en su pene al chocar de frente con otro vehículo.

Según se detalló en 2014 un niño de 10 años de murió en los médanos de “La Frontera” luego de volcar con un cuatriciclo que manejaba su primo, de 15 años. En 2016 en Cariló, un nene de 12 años que manejaba un cuatriciclo perdió la estabilidad en las dunas, volcó y falleció, sumándose también el caso de un joven que falleció cuando el vehículo se le escapó de las manos y le cayó encima.

Desde el área de Seguridad de Pinamar se indicó que el circuito de cuatriciclos, detalló Yannes, será estrictamente controlado, exigiéndose la documentación de los vehículos, los registros de conductor y el cumplimiento de otros requisitos relacionados a medidas de protección. Sin embargo, advirtieron que en muchas oportunidades los vehículos desaparecen de los controles y suelen quedar en manos de menores, para enfatizar que es muy riesgosa la conducción de cuatriciclos. Se estimó que el año pasado en ese distrito circularon más de 1.500 cuatriciclos por día.

El problema no es nuevo ni exclusivo de Pinamar, ya que se presenta en casi todos los balnearios atlánticos y es muy poco -por no decir nada- lo que se ha avanzado en resolverlo. Hasta hace siete años, inclusive, existía un peligroso vacío legal acerca de las características de los cuatriciclos y de los requisitos exigibles para su manejo, algo que luego se reglamentó pues quedó prohibido que lo conduzcan menores de 16 años de edad. Sin embargo, basta recorrer las calles de las ciudades atlánticas -ya ni siquiera las playas o médanos- para comprobar la cantidad de menores de corta edad que los conducen. En rigor, la circulación no controlada de cuatriciclos se presenta no sólo en la costa atlántica sino en ciudades y pueblos de toda la Provincia. Y ahora la cuestión se agrava por la creciente presencia de bicicletas a motor, sobre cuya circulación en la vía pública tampoco existen reglamentaciones precisas.

Evitar al mínimo los riesgos que pueden causar, fijar las responsabilidades existentes para quienes conducen estos vehículos, así como para aquellos que los alquilan, determinar en forma fehaciente por qué lugares pueden circular, y definir los resguardos que deben adoptar los conductores (como el uso obligatorio de cascos y pecheras, por caso) parecen ser, entre otros, algunos de los recaudos mínimos que hacen falta para verificar y, en su caso, legalizar el uso de cuatriciclos y bicimotos.

 

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