La Granja: cruzan teléfonos, buscan más cámaras y piden testigos

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A poco más de una semana del doble crimen de un matrimonio en su casa de La Granja, los investigadores aseguran estar avanzando en la pesquisa con el entrecruzamiento de algunos llamados y la búsqueda de otras cámaras de seguridad, pero insisten en pedir que “se presenten los testigos que puedan aportar algo”.

Conscientes del terror que puede paralizar a cualquiera que tenga un dato clave en una causa como ésta, no dejan de repetir que la “reserva de identidad está garantizada”.

Por lo pronto, y hasta ahora, no hay detenidos por los asesinatos de Pablo Vaccaro (74) y su mujer Rosa Diaco (66), masacrados a golpes el viernes de la semana pasada en su chalet de 520 y 143.

Desde allí partió el jueves pasado una marcha tan masiva como estremecedora, que protagonizaron unas 300 personas decididas a caminar en silencio para pedir Justicia por las víctimas y seguridad para evitar que ocurra otro drama semejante.

SIN PIEDAD

Los cuerpos de Vaccaro y Diaco los encontró su propio hijo, quien esa noche fue hasta la casa de sus padres para entregarles la primera tarjeta de invitación al cumpleaños de 15 de su hija. Le llamó la atención que no atendieran el timbre ni el teléfono, sobre todo porque la casa estaba a oscuras y era raro que eso pasara.

Decidió entrar enseguida y se topó con el horror. La mujer yacía muerta en el living comedor. El hombre estaba en la cocina. Ambos presentaban fuertes golpes en la cabeza, supuestamente provocados con puños, patadas o elementos contundentes, como las culatas de las armas.

No les robaron nada, pero los investigadores, la familia y los vecinos no tienen dudas de que los asesinaron delincuentes que entraron a la propiedad en busca de dinero. No está claro todavía si los torturaron para que revelaran dónde estaba la plata, si se cobraron revancha por la denuncia que hicieron las víctimas en diciembre -tras un escruche en el que perdieron todos sus ahorros- o simplemente se ensañaron con el matrimonio porque no había efectivo que llevarse.

Tampoco se sabe por dónde entraron, ya que no hay aberturas violentadas. No fue por los fondos, ya que después del robo de diciembre Vaccaro y su mujer llevaron a su casa a dos perros dogos que no fueron lastimados.

¿Fue una entradera? ¿Un cuento del tío? Resta determinar también cuántos personas participaron y, sobre todo, quiénes fueron.

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