Rocío Gancedo, internada
Edición Impresa | 16 de Marzo de 2017 | 04:44

Rocío Gancedo fue una de las participantes más osadas de la edición 2010 de “Gran hermano”. Incluso, tras su salida del reality y rápida incorporación en los medios, la rubia mostró su costado más sexy en comedias revisteriles y producciones fotográficas. Sin embargo, en el último tiempo, la rubia reapareció con un perfil totalmente opuesto: dejó de lado lo mediático para meterse de lleno en la religión. Ahora, la noticia que la tiene como protagonista tiene que ver con una internación que, según los trascendidos, está relacionada con un supuesto “brote místico” y fuerte depresión.
De acuerdo a la información que trascendió durante la tarde de ayer, Rocío no pudo sobrellevar la muerte de su padre, ocurrida en septiembre del año pasado, y cayó en una fuerte depresión. Por tal motivo, esta semana se internó por voluntad propia en la clínica Argos, en el barrio porteño de Flores.
“Rocío hace tiempo que venía sufriendo a flor de piel por los padecimientos de la gente carenciada y eso realmente la afectaba sobre todo por ser además una chica muy religiosa. De todos modos, también, se sumó a su duro momento la desaparición física de su padre por lo que se profundizó su depresión”, aseguró su manager, Jorge Zonzini.
Gancedo trabaja actualmente junto a José Ottavis y, en el plano religioso forma parte de Iglesia Ministerio Presencia de Dios, donde está Bernardo Stamateas. “Conocí a Jesús, conocí a Dios y me transformó”, confesó.
El caso de Rocío Gancedo es apenas el último de una importante lista de brotes psicóticos desatados en el último tiempo en el seno de la farándula argentina.
¿Epidemia?
El caso más recordado es, por supuesto, el de Matías Alé, quien en dos ocasiones tuvo que ser internado en medio de escenas de violencia donde creía defenderse de enemigos invisibles; pero el mediático es apenas la punta del iceberg de un fenómeno que en la última temporada sumó los nombres de Andrea Rincón, Mariana Diarco y Fernando Sieling, el marido de Marido Kloosterboer, entre otras víctimas.
Mientras que en el caso de Alé todos apuntaron al estrés laboral como disparador (y desde su entorno sugirieron que quizás algunos supuestos amigos lo habían introducido al mundo de las sustancias indebidas), de Rincón se dijo que el disparador fue la falta de ofertas laborales luego de “La Leona” y una profunda depresión.
Rincón emergió de la clínica, sin embargo, desmintiendo todo tipo de versiones, a pesar de lo cual desde su familia afirmaron que es indispensable “cuidarla”.
Similar fue el caso de Mariana Diarco, quien hasta intentó quitarse la vida: “Arrancó sola, con ataques de nervios. Ella tiene el problema de que no tiene laburo, que no está bien, no tiene familia. No tiene nada”, contaba en enero del año pasado su pareja, El Dipy, preocupado por la situación, y a quienes algunos apuntaban como una de las causas.
Y los casos no se circunscriben solamente a la farándula local: desde Martin Sheen a Britney Spears y Amanda Bynes, los casos en la farándula internacional de este tipo de ataques son numerosos. El estrés que conlleva la exposición y las consecuencias emocionales de ese subibaja anímico que constituye estar un día en la cima del mundo y al siguiente ser criticado o directamente olvidado colaboran tanto como el consumo de sustancias, algo habitual detrás de escena, para alimentar esta preocupante tendencia en el mundo de los famosos.
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