El Parque Pereyra Iraola languidece entre usurpaciones, basurales y una feria ilegal

Esperan que la Justicia restituya las parcelas tomadas. Se evalúan alternativas para reubicar la feria

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Vasto rompecabezas de usos y actividades en el que todavía predomina el verde de montes y quintas, el parque provincial Pereyra Iraola languidece entre indefiniciones administrativas, la consolidación de usurpaciones y focos de degradación ambiental. La conformación de una “mesa de trabajo” multisectorial, en 2016, encendió una luz de esperanza para revertir el curso de los acontecimientos; pero casi un año después de ese impulso, aún no se perciben resultados concretos.

El territorio de más de diez mil hectáreas asignado a la reserva natural sigue siendo un oasis perforado y percudido en sus fronteras por basurales, asentamientos, talas clandestinas y ferias ilegales. Gobernado por dos reparticiones diferentes -el ministerio de Agroindustria y el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible-, carece de un plan de manejo integral y de recursos para desactivar los múltiples conflictos que alberga.

Uno de los ejemplos más recientes es el del llamado “Triángulo de Davidson”, una porción de tierra fiscal sin urbanizar que pertenece al parque pero está separada del grueso del paseo por la traza de la autovía 2. Esas ocho hectáreas, en la localidad de Ingeniero Allan, fueron sucesivamente codiciadas y tomadas por diferentes emprendimientos privados; luego, pedidas por los quinteros para un mercado; ahora, vecinos y defensores del medio ambiente denuncian que allí funciona una suerte de fábrica de mobiliario.

El otro caso resonante de uso indebido del predio se da en las inmediaciones de la rotonda “de Alpargatas”, hacia el sector del emblemático Molino Holandés; una feria semipermanente, que en sus momentos de apogeo concentra centenares de puestos y comercializa toda clase de productos: ropa, autopartes, electrónica, especies protegidas, comida.

Desde el Foro Parque Pereyra, que nuclea a varias ONGs ambientalistas y vecinales de la Región, e integra la “mesa de trabajo” convocada hace un año por la Fiscalía de Estado provincial, se advirtió que el panorama es “delicado” y complejo. “Presentamos un proyecto de ley que contempla las diferentes necesidades del Parque y estrategias para encauzarlas, pero aún no hubo definiciones al respecto” se subrayó: “sería positivo avanzar en ese aspecto, porque hay problemas que sino se los ataca a tiempo se agravan”.

El ámbito de dialogo institucional es compartido por las entidades y la Fiscalía con la Defensoría del Pueblo de la Provincia, las municipalidades de la región, la dirección de Reservas Naturales provincial, ICOMOS, la cartera de Agroindustria y el OPDS.

Desde la dirección del paseo -en la órbita del ex ministerio de Asuntos Agrarios- aclaran que “el tema de Davidson está judicializado; las parcelas pertenecen al Parque y se espera su restitución. En cuanto a la feria, se está trabajando en alternativas de traslado o reubicación, porque es una actividad por fuera de todo marco legal”.

Si bien reconocieron que “la cuestión de las jurisdicciones y competencias está estancada”, los funcionarios se mostraron confiados en destrabarla en el seno de la mesa de Fiscalía. “Avanzamos en el censado y regularización de los productores, y el problema de los vuelcos de basura clandestinos se enfoca desde la prevención, con la presencia policial, y la limpieza, con los camiones que aportan los municipios y la dirección de Vialidad”.

La reserva natural sigue siendo un oasis perforado y percudido en sus fronteras por basurales, asentamientos, talas y ferias ilegales.

Los sectores más vulnerables a la aparición de desechos (los hay de todo tipo, desde baterías de autos a patogénicos, pasando por plásticos y bolsas domiciliarias) son las inmediaciones de las 2 y 36, y el camino que une Villa Elisa con Boca Cerrada por la Selva Marginal. En los últimos tiempos, los basurales afloraron también en el camino Centenario entre Alpargatas y el arco de Villa Elisa.

El parque Pereyra incluye más de 10.200 hectáreas distribuidas entre los distritos de Berazategui -en su amplia mayoría-, Florencio Varela, Ensenada y La Plata. Entre ellas, poco más de un millar están cedidas a agricultores, 950 son de uso público y el resto se reparte entre unas 5.900 de bañados ribereños y decenas de cesiones temporarias o definitivas a organismos e instituciones de todo tipo. Unas 2.200 corresponden a la antigua estancia Santa Rosa, y otras 2 mil, a la estancia San Juan. Las zonas productivas son administradas por Agroindustria, y en su mayoría están desde el camino Centenario hacia el oeste; los bañados ribereños, y las tierras situadas desde el Centenario hacia el río, son manejadas por el OPDS.

“Todos los años trabajamos en planes de renovación de especies con nuestra estación forestal”, aseguraron fuentes de Agroindustria: “actualmente, además, se está haciendo un relevamiento fitosanitario de los ejemplares ubicados a la vera de los caminos”.

 

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