La campaña gala, con más golpes bajos que propuestas

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PARIS.- Más golpes bajos que propuestas han caracterizado a la campaña de las presidenciales francesas, que se ha movido entre las investigaciones de corrupción de algunos candidatos y la proximidad de otros a posiciones polémicas en política internacional.

Por primera vez, los dos principales partidos del país, el Socialista y Los Republicanos, están presentando candidatos surgidos de primarias abiertas a todos los ciudadanos, una dinámica que parecía favorecer más a los conservadores.

El ganador de esa cita en noviembre, que contó con más de 4 millones de votantes, fue -contra todo pronóstico- el ex primer ministro François Fillon, que gracias a ese impulso se puso al frente de las intenciones de voto, codo con codo con la ultraderechista Marine Le Pen.

Ese esquema saltó por los aires cuando el 25 de enero el semanario “Le Canard Enchaîné” sacó a la luz que el candidato conservador había dado a su esposa Penélope un empleo ficticio como asistente parlamentaria. Ese escándalo, que frenó sus expectativas electorales, le complicó la campaña. Los cacerolazos marcaron desde entonces sus mítines y muchos de los jerarcas del partido le dieron la espalda. Apoyado en sectores católicos tradicionalistas, Fillon organizó un gran acto frente a la torre Eiffel el 7 de marzo que marcó el inicio de su repunte en los sondeos, junto a su buen desempeño en el primer debate por TV, que el 20 de marzo reunió a los cinco favoritos. El segundo debate, con los 11 postulantes el 4 de abril, estuvo marcado por los ataques del candidato de la extrema izquierda, Philippe Poutou, a Fillon y a Le Pen, los dos investigados por presuntos escándalos de corrupción.

“Fillon, cuanto más se busca, más se huele la corrupción y el engaño”, lanzó Poutou, que reprochó a Le Pen esconderse tras la inmunidad parlamentaria para no testificar ante la policía pese a que se autoproclama como “antisistema”. “Nosotros no tenemos inmunidad obrera”, dijo el candidato, trabajador de una fábrica de coches en Burdeos, en una frase muy celebrada. El izquierdista Jean-Luc Mélenchon, muy popular en las redes sociales, ha logrado desbancar al socialista Benoît Hamon como referente de la izquierda, aunque sus rivales le reprochan su cercanía a Raúl Castro y Nicolás Maduro. En tanto, el socioliberal Emmanuel Macron, favorito de los sondeos, comenzó su campaña con un intenso “puerta a puerta” para darse a conocer, ya que nunca antes se presentó a una elección como candidato.

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