“Mi mamá y mi papá la trataban bien”

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Las pistas que terminaron con Carina Di Marco presa surgieron de Mendoza, donde vivía la familia de Florencia antes de mudarse a San Luis y hacia donde la jueza Virginia Palacios envió una comisión investigadora.

Así supieron que en la escuela a la que iba Florencia estaban al tanto de los abusos y se los informaron a la madre, pero ella “dijo que su hija era una mentirosa”, informaron fuentes del caso.

También complicó a la acusada el informe de la Cámara Gesell que le hicieron al hermano de 9 años de Florencia e hijo del acusado Lucas Gómez, quien todas las mañana lo llevaba a la escuela junto a la nena asesinada. “El chiquito mostró signos de estar muy turbado y sólo repetía: ‘Mi mamá y mi papá la trataban bien’”, confió el mismo vocero en declaraciones periodísticas.

El día del hecho Gómez era “la única persona que tenía bajo su órbita de custodia a la menor”, dijo la jueza. Lo complican también cuatro testigos que lo identificaron a él y al Renault Mégane negro que conducía; las imágenes de las cámaras del puesto de Los Puquios y el hallazgo de los videos de la cuadra donde fue hallada la mochila de Florencia, que captan el auto del sospechoso.

 

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