Inadmisible tolerancia frente a la venta ambulante en calles de la Ciudad
Edición Impresa | 8 de Abril de 2017 | 01:51

Los criterios permisivos que en las últimas tres décadas presidieron en el tema de la venta ambulante en La Plata –al punto de haberla convertido en una de las ciudades con mayor presencia en el país de ese tipo de comercialización- se traducen en una serie indefinida de problemas, cuyos principales perjudicados, además de los comerciantes instalados, son los vecinos.
Esta formulación reproduce, así, lo que está ocurriendo en estas horas con el vecindario del Barrio Hipódromo, que termina de reunirse en asambleas para expresar su rechazo ante el posible traslado a esa zona de la feria de puestos de venta ambulante que se clausuró hace una semana en la plaza Alsina, ubicada en 1 y 38.
Tal como se informó, la feria de 1 y 38 se instaló en ese espacio en julio de 2011 cuando los vendedores ambulantes fueron desalojados de la plaza Italia. Pero en un operativo que se realizó hace una semana, la feria de 1 y 38 fue desarmada por la Comuna. El operativo tomó por sorpresa a los feriantes, que llegaron incluso a denunciar el robo de las estructuras.
Fuentes municipales informaron que el operativo en la feria ubicada en el cruce de las avenidas 1, 38 y diagonal 74 fue realizado por personal de la secretaría de Convivencia y Control Ciudadano. Se comunicó que se tomó esa decisión a raíz de una serie de denuncias vecinales realizadas por frentistas, comerciantes, padres de alumnos de la escuela que se encuentra frente a la plaza e instituciones de la zona por la invasión del espacio público que se generaba.
Ahora, los pobladores del Barrio Hipódromo, al conocer que sería intención de la Comuna trasladar esa feria a la rambla de Diagonal 74 entre 117 y 188, es decir, a pocas cuadras de la plaza Alsina, rechazaron esa posibilidad por considerar que el espacio elegido es inadecuado para recibir una gran afluencia de visitantes. Aquí parece oportuno señalar que la diagonal 74 es en la actualidad una de las dos principales vías que eligen los automovilistas que van o vienen de la Autopista La Plata-Buenos Aires. De modo que los eventuales visitantes de la feria se verían literalmente “apretados” por los flujos de tránsito que se desplazan por ambos carriles de la avenida.
Cabe recordar, además, que los puestos que estaban instalados en la plaza Alsina generaron en los últimos años numerosas críticas por parte de vecinos y comerciantes de la zona. Denominada por algunos como “feria de artesanos”, lo cierto es que en esa feria se vendía una variedad de productos propia de las llamadas “ferias paraguayas” o “saladitas”.
Sea como sea, lo que persiste siempre es la necesidad de combatir la proliferación de la venta ambulante, que viola principios básicos de competencia leal, de igualdad tributaria, de higiene, de derechos de autor y de otros bienes y valores que la Justicia ordena tutelar. En cuanto a las comprensibles connotaciones sociales que deben ser contempladas, le corresponde al Estado actuar para detectarlas y resolverlas.
Ello, sin desmedro de que deben regir plenamente las leyes que ordenan el comercio y de las sanciones previstas para toda actividad ilegal, que debe ser erradicada. Para ello hace falta una aplicación conjunta de normas comunales y de leyes provinciales y nacionales, única forma de encarar una lucha eficaz contra contra la producción y comercialización de mercadería irregular.
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