Vecinos de La Loma movilizados para recuperar un club de barrio

Feriado, el de ayer transcurrió como un día apacible en los barrios platenses. La excepción fue la cuadra de 41 entre 18 y 19, donde desde la mañana y hasta pasado el mediodía se mezcló la música emitida por un par del parlantes, fuertes discusiones y la entonación del Himno Nacional. El Centro de Fomento Estrella de La Loma cumplió 71 años de vida y la celebración quedó en el medio de un conflicto que enfrenta a los antiguos socios y la actual intervención normalizadora, nombrada por la dirección de Personas Jurídicas tras un prolongado “parate” en las actividades de la entidad.

La gente que quiere recuperar el club después de largos años de mantenerse inactivo (incluso llegó a estar intrusado) reclama a las autoridades nombradas para llevar a cabo la transición hasta la elección de una nueva conducción que acelere los pasos del proceso, al tiempo que considera que la intervención demora la definición con planteos arbitrarios. “Lanzaron un reempadronamiento y resulta que quieren dejar afuera a socios históricos, porque dicen que no estaban en la época de la última comisión directiva. Y acá hay socios de toda la vida”, se quejó uno de los vecinos que se acercó a la entidad para festejar el aniversario y para reclamar, asimismo, la vuelta a la vida institucional.

María Cecilia Montenegro es la interventora con actuación desde diciembre último. Según explicó a los vecinos que fueron a la sede de la institución a pedir explicaciones, “para reempadronarse tienen que acreditar que eran socios vigentes al 2009 -explicó-, tienen que ponerse al día con la cuota y mantenerse activos durante seis meses”.

De ese grupo que se empadrone, añadió Montenegro, saldría la comisión directiva que se podrá votar luego de todo ese proceso y del llamado a asamblea. En tanto, quien se haga socio tendrá que pagar una cuota mensual de $100, informó la interventora.

Según indicó la interventora, “muchos de los que se presentaron como socios no pudieron acreditar que lo eran en el momento de la última comisión directiva; por ejemplo, no coincidían sus firmas con los nombres”.

Al acto que se transformó en un planteo asistieron concejales, dirigentes institucionales y funcionarios comunales, como la directora de Entidades y Culto del Municipio, Adriana Del Carrillo, quien señaló a la intervención la necesidad de abrir el espacio “para que la gente del barrio pueda ponerlo en condiciones, incluso, como proponen, hasta sacando plata de sus bolsillos para mejorarlo y poder usarlo como club”.

Ocurre que el centro de fomento de La Loma suele estar cerrado con una cadena, y la gente del barrio no puede ingresar al lugar.

Ayer, mientras que en el interior de la sede vecinos “de toda la vida” , que han sido siempre socios del “Estrella”, como Ana Frangul, de 85 años, demandaban a la intervención que les permitan volver a participar del espacio institucional, otro grupo festejaba en la puerta, con tortas y música, el 71º cumpleaños.

Alberto Alba, presidente de la Federación de Instituciones Culturales y Deportivas de La Plata, presente durante el acto, anticipó que junto a representantes de distintos bloques del Concejo Deliberante y del Ejecutivo comunal concurrirá a la dirección de Personas Jurídicas para gestionar un avance en el proceso de normalización del club.

Un poco de historia

Fue el 20 de junio de 1946 cuando un grupo de vecinos de La Loma creó la entidad barrial. Por entonces, con el paso del tranvía, aunque todavía casi no había calles asfaltadas y las manzanas mostraban algunos terrenos baldíos, la zona donde se iba radicando mayoritariamente un sector de la clase media estaba densamente poblada y ya se caracterizaba con una identidad propia.

Si bien había otros clubes (como el Azcuénaga), Estrella de La Loma comenzó a cumplir una función social y deportiva esencial en el vecindario. Desarrolló una trayectoria con altibajos, como todos los clubes de barrio, hasta que en 2009 la entidad dejó de funcionar.

Nieto de uno de los fundadores del club, uno de los vecinos que asistió al acto remarcó su preocupación porque la intervención no los reconoce como socios. “Vengo a este club desde que soy chico”, dijo y recordó los años de su infancia en los que a través de la institución se impulsaban excursiones de pesca los fines de semana, se jugaba al fútbol, habían tornesos de bochas y de truco y se recibía al elenco de Titanes en el ring”.