Otro conflicto con la UOCRA paraliza obras en la Ciudad

Obreros nucleados en ese gremio frenaron por segundo día siete emprendimientos inmobiliarios

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La ciudad más cara del país... y una de las más conflictivas. Así describen los empresarios de la construcción platenses el presente de su actividad en suelo local, principalmente debido a lo que caracterizan como las “exigencias desmedidas” de la UOCRA, el sindicato que nuclea a los obreros del rubro. Ayer se desarrolló el segundo día de toma gremial -con corte de calle incluido- de una obra situada en plaza Olazábal, en un nuevo capítulo de una escalada que tiene numerosos proyectos en “stand-by” y parece no encontrar techo.

Entre bombas de estruendo y cánticos, un grupo de trabajadores y dirigentes cerró la avenida 7 entre 38 y 39, en su mano descendente, para denunciar por “baja de salarios y malas condiciones laborales” a la firma local ABES. Por su parte, los desarrolladores, que tienen en su órbita siete torres en diferentes etapas de concreción, afirmaron que todas permanecen “ocupadas y frenadas”.

Mientras tanto, en las inmediaciones de estos edificios -situados en 8 entre 33 y 34, 58 entre 5 y 6, 58 entre 10 y 11, 7 entre 38 y 39, 55 entre 1 y 2 y 47 entre 12 y 13- la inquietud vecinal crece.

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“Nos explota la cabeza; no dejan a nadie tranquilo, acá hay gente que trabaja y estudia” señaló Marcela, habitante de un edificio aledaño con el paralizado en plaza Olazábal: “tienen derecho a protestar, pero la batucada permanente y las bombas de estruendo hacen daño, especialmente a los más grandes y los bebés”.

Los vecinos señalaron que “arrancan con los petardos a las seis y media de la mañana, es una locura ... Llamamos a Control Ciudadano y nos dijeron que tenemos que llamar a la comisaría; llamamos a la comisaría y nos dicen que no pueden hacer nada”.

Los cruces entre empresarios y entidades vinculadas con la construcción y la UOCRA local se remontan a varios meses atrás, en un clima cada vez más enrarecido por tomas, medidas de fuerza e irrupciones “extemporáneas” de grupos militantes en diferentes ámbitos, todas acciones desmentidas tajantemente desde el sindicato.

Los desarrolladores afirman que su actividad padece una profunda crisis, y la atribuyen en parte a los planteos gremiales que generan “sobrecostos” del 15 al 25 por ciento. De acuerdo con un informe elaborado por APYMECO, la entidad que nuclea a las pequeñas y medianas empresas constructoras, mientras que en los períodos 2015 y 2016 llegaron a levantarse simultáneamente hasta 600 torres de más de tres pisos, actualmente hay en curso apenas 85, y una de cada cinco se halla paralizada por problemas gremiales.

TOMAS “RECURRENTES”

“Las tomas recurrentes de las obras por parte del sindicato hacen que se generen menos puestos de trabajo, porque las empresas ya no quieren venir a arriesgar”, había indicado en su oportunidad Gustavo Tejada, de ABES, firma que tiene cerca de un centenar de personas trabajando: “desde 2013 todo el que quiera hacer un edificio está obligado a negociar el ‘convenio UOCRA’, en términos que implican un 50 por ciento extra de costo laboral por encima del convenio colectivo”.

Algunas de las “recomendaciones” que se atribuyen al gremio son las de pagar el jornal un 50 por ciento por encima de los convenios vigentes; pagar viáticos especiales; abonar un “premio final” de obra a cada trabajador; y tomar el 70 por ciento del personal de la bolsa de trabajo gremial, “esté mínimamente capacitado o no”.

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En la UOCRA sostienen que son los empresarios los que quieren “avasallar a los trabajadores”. Ayer, desde el sindicato se señaló que “hace un mes y medio, la constructora ABES, que maneja siete obras con diferentes fideicomisos, empezó a bajar salarios y dejar decaer las condiciones de seguridad e higiene”.

“Esa situación, y la falta de respuestas de las autoridades de Trabajo ante las denuncias que presentamos al respecto, determinó estas medidas de fuerza” explicaron los representantes gremiales: “quieren desconocer a los delegados, y no lo vamos a admitir. Esperamos que nos citen a conciliación”.

Juan Pablo Medina, secretario general de la delegación regional de la UOCRA, ha señalado que “muchos empresarios quieren optimizar su ganancia a costa del trabajador, reduciendo sus salarios y pagando en negro; estos evasores terminan siendo más competitivos en el mercado, porque con lo que se ahorran de cargas sociales y aportes venden más barato el metro cuadrado”.

El dirigente admite que existe un “acuerdo de paz social y laboral que se firma con los empleadores, desde los años ‘90, con muy buenos resultados” pero descarta las exigencias sobre convenio: “eso no existe”.

Recientemente, sin embargo, tanto la Asociación de Comerciantes e Industriales en Materiales de Construcción (ACIMCO), como la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas de la Construcción (APYMECO), y el Colegio de Técnicos provincial, coincidieron en que “La Plata tiene un grave problema, porque el costo de construir está un 20 por ciento por encima del promedio nacional”.

 

Datos

20
Es el porcentaje de “sobrecostos” para encarar emprendimientos que deben considerar los constructores platenses, según varias entidades del rubro. Se lo atribuye a las exigencias sindicales “desmedidas” y a la “conflictividad permanente”.

1.200
Son los permisos de obra que se otorgarán durante 2017 en la Ciudad, de acuerdo con las proyecciones del municipio. Es una cifra mayor a la de 2015 (1.155) y menor a la de 2016 (1.722), pero se afirma que “se está consolidando una mejoría”.

 

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