Merkel intenta revivir la gran coalición de gobierno con los socialdemócratas en Alemania

Tras un fallido intento con liberales y verdes, la canciller deberá salir airosa de esta tentativa para evitar gobernar en minoría

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La canciller alemana, Angela Merkel, inició ayer la primera jornada oficial de reuniones con el Partido Socialdemócrata (SPD), que se extenderán hasta el jueves, y en las que se definirá si es viable una nueva gran coalición de gobierno, a más de tres meses de los comicios realizados el 24 de septiembre.

“Creo que podemos lograrlo”, aseguró la canciller, que se mostró “optimista” en su segundo intento de formar gobierno, después de fracasar las conversaciones que mantuvo durante casi cinco semanas con liberales y verdes.

Para evitar que las negociaciones se prolonguen como en aquel caso, debido a que nunca antes Alemania tuvo tanto tiempo un gabinete en funciones sin respaldo parlamentario, Merkel y el líder socialdemócrata Martin Schulz se dieron plazo hasta el jueves para ver si las conversaciones llegan a buen puerto.

El viernes 12, conservadores y socialdemócratas deberán determinar si ven opciones reales de comenzar a negociar oficialmente un posible programa de gobierno conjunto o si dan por el proceso por enterrado.

“Trabajaremos muy rápido y de manera muy intensa, eso es lo que nos hemos propuesto”, dijo Merkel, que rechaza encabezar un gobierno en minoría y para evitar la repetición de los comicios necesita reeditar la alianza con el SPD, con el que gobernó ocho años durante su primer y tercer mandatos.

La canciller está condicionada por haber ganado en septiembre con el segundo peor resultado para su partido, el conservador CDU, desde 1949, en unas elecciones en las que la ultraderecha logró acceder al Parlamento después de décadas.

Por su parte, Schulz necesita avances claros para justificar una nueva gran coalición que rechazó con contundencia ni bien finalizaron los comicios, postura que aún sostiene un sector de su partido.

Al llegar a la sede del SPD en Berlín, Merkel subrayó que el objetivo y el encargo de los electores es que el país, en cinco o diez años, siga disfrutando de bienestar “con seguridad y democracia” e insistió en la necesidad de un gobierno “estable” ante los desafíos que afronta Alemania respecto de la generación de empleo y reparto de la renta.

Además, advirtió que no se puede luchar contra los desafíos en el mundo si no se coopera en Europa, y se remitió a temas como la gestión y control de la inmigración.

“No trazamos ninguna línea roja, pero queremos muchas políticas rojas”, señaló por su parte Schulz en una breve declaración ante los medios en referencia al color con el que se identifica su partido, y garantizó que trabajarán con actitud “constructiva y abierta”.

Schulz, forzado a abrirse al diálogo tras protagonizar en septiembre el peor resultado electoral del SPD en su historia, hizo también hincapié en los “grandes retos”, pero destacó que “un nuevo tiempo necesita una nueva política”.

Apostó también así por renovar la solidaridad y la cohesión en el país y destacó áreas claves de trabajo, como la educación, la inversión en vivienda e infraestructuras o la atención sanitaria.

Junto a Merkel y Schulz, y sus respectivos equipos, participa en las negociaciones Horst Seehofer, líder de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), partido aliado de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de la canciller, que en los últimos días exigió un endurecimiento de la política de refugiados que podría dificultar las negociaciones.

Según una encuesta publicada ayer por el diario Bild, el 53% de los alemanes cree en el acuerdo y el 54% estima que una nueva gran coalición será buena para el país. (TÉLAM)

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