Alertas sobre el alto consumo de alcohol entre adolescentes

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Las diversas iniciativas impulsadas en escuelas secundarias de nuestra región, destinadas a enfocar el problema que plantea el creciente consumo de alcohol entre los adolescentes –teniéndose en cuentas que, según datos oficiales, el incremento registrado en los últimos siete años llega a un 18 por ciento- vuelven a alertar sobre el avance de la considerada “droga más problemática” y, a la vez, conforman pasos positivos en la lucha que debe darse frente a este tipo de adicción, que se ve favorecida por la negativa permisividad social y cultural que la rodea.

En las últimas horas se conocieron datos del relevamiento realizado por la Defensoría del Pueblo bonaerense, indicativos no sólo del incremento sino de las causas que inducen a los jóvenes a consumir bebidas alcohólicas y acerca de los tipos de bebidas que prefieren.

Paralelamente, también se reflejaron en este diario los programas que se impulsan en la Dirección de Educación provincial y en los colegios nacionales de la Universidad, que incluyen las charlas con padres para sumarlos a una tarea conjunta destinadas a trazar estrategias preventivas.

Los datos estadísticos acerca del incremento del consumo juvenil y, asimismo, de las consecuencias –muchas veces trágicas- que derivaron de esa adicción, no pudieron ser más elocuentes y dramáticos. Se puso de relieve, asimismo, que el consumo elevado de alcohol puede generar unas 200 enfermedades, entre las que se incluyen la cirrosis y el cáncer hepático, según datos de la Organización Mundial de la Salud que se conocieron recientemente.

En distintas oportunidades los profesionales médicos han puesto de relieve que son muy pocos los padres que saben que, cuando un adolescente empieza a consumir grandes cantidades de alcohol, en pocas horas tiene alto riesgo de sufrir trastornos neurológicos, cardiacos, digestivos y metabólicos, convulsiones, desvanecimientos, coma alcohólico y hasta la muerte.

Esto sin contar que el consumo excesivo de alcohol predispone a todo tipo de accidentes, ya que los reflejos disminuyen al igual que las capacidades psicomotrices, y, de este modo, expone a los alcoholizados a colisiones vehiculares, caídas, desvanecimientos y atropellos en la vía pública.

Está claro que el consumo excesivo de alcohol entre los más jóvenes se ha convertido, y con razón, en uno de los motivos de mayor preocupación entre distintos especialistas y desde luego en la comunidad, no sólo porque ese fenómeno refleja serias distorsiones de orden familiar, educativo y social, sino por las consecuencias físicas y psicológicas que este hábito genera. Los padres y tutores de los jóvenes tienen, aquí, una responsabilidad fundamental.

Desde esta columna se ha insistido en que es prioritario prestar especial atención a las conclusiones obtenidas en diferentes investigaciones, según las cuales el consumo excesivo de alcohol genera dependencia física y psíquica, sin que sea posible manejarla a voluntad, de modo que resulta indispensable retrasar lo máximo posible el inicio de la ingesta y elegir a la moderación como clave permanente del consumo.

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