Murió el hombre baleado en la cabeza en una casa de San Carlos
Edición Impresa | 6 de Marzo de 2018 | 04:03

Otro crimen más en la Región. El número 12 en lo que va del año. La víctima, que estaba internada en grave estado, luego de recibir un disparo en la cabeza en su casa del barrio San Carlos, murió en las últimas horas en el hospital de Melchor Romero.
Luego de un postoperatorio donde habían abrigado algunas esperanzas de recuperación, el cuadro empeoró y tuvo el peor final.
La víctima fue identificada por la Policía como Juan José Isla (34), quien el viernes pasado fue encontrado malherido en su casa de la calle 137 entre 37 y 38.
Por el caso está detenida la pareja del hombre, quien se negó a declarar cuando la indagaron por el delito de “homicidio agravado en grado de tentativa”. Pero ahora el expediente tendrá que ser recaratulado a “homicidio agravado”, por lo que volverá a ser citada a tribunales.
Previo a ello, la fiscal que investiga el hecho, Virginia Bravo, está tomando una serie de declaraciones testimoniales para saber si la acusada actuó sola o tuvo el apoyo de algún cómplice.
En las redes sociales, los familiares de Isla expresaron todo su dolor por tan trágico episodio, cuyos móviles son un misterio.
Hoy, aclararon voceros oficiales, está prevista la realización del estudio forense, que determinará fehacientemente qué tipo de herida provocó el deceso.
Isla, cabe recordar, sería conocido del hombre asesinado un par de días antes en La Granja.
Si ambos casos tienen relación, nadie lo afirma ni lo descarta.
Por el ataque, “los primeros efectivos que llegaron a la escena vieron a una mujer -la pareja- manipulando un objeto dentro de un lavarropas de la cocina”, comentó un jefe policial, antes de confirmar que en ese sitio secuestraron una pistola “calibre 22 semi desarmada, con cargador sin cartuchos marca Tala y una vaina del mismo calibre”.
La mujer de 44 años fue demorada junto a otro sujeto que vive en los fondos del terreno, a quienes les hicieron la prueba de dermotest para determinar si tenían rastros de pólvora en las manos. El vecino, de 42 años, fue liberado a las pocas horas, pero la mujer quedó presa. Es que a la vuelta de la escena, en 37 entre 132 y 133, la Policía encontró un revólver calibre 22 largo , con dos cartuchos y dos vainas servidas.
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