Edificios públicos de la Ciudad, en jaque por descuido y vandalismo

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Una vez más, tal como ha venido ocurriendo a través de un proceso que se extiende por más de dos décadas, se conocen referencias concretas acerca del grave deterioro edilicio y funcional que exhiben muchos de los valiosos edificios gubernamentales asentados en La Plata -sean pertenecientes a la Provincia como a la Municipalidad-, a partir de la inexplicable falta de mantenimiento en que incurrieron los organismos responsables.

Si bien en algunas de esas sedes, como ocurre en los casos de asiento central de la Municipalidad y al del ministerio de Economía bonaerense, se advierte la realización de limpiezas en los frentes, la gran mayoría de los palacios gubernativos construidos en la época fundacional de la Ciudad exhiben sus fachadas ganadas por el vandalismo y el descuido.

No hace falta señalar que el patrimonio edilicio de La Plata constituye una de sus cualidades de mayor excelencia. Severos y a la vez imponentes, los edificios gubernamentales reflejan los distintos y más clásicos estilos arquitectónicos, muy propios de fines del siglo XIX cuando fue erigida la nueva capital de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, desde hace ya un largo tiempo, la acción constante del vandalismo favorecida por una inexplicable inacción oficial, tanto en materia de prevención como de restauración, han terminado por afectar seriamente a tan rico patrimonio histórico.

Tal como se detalló en el informe publicado en este diario, no deja de llamar la atención el lamentable estado que presenta la fachada de la Casa de Gobierno, seriamente dañada por las pintadas. El catálogo de manchones, provocados por el uso de “bombas de pintura” de fabricación casera durante diferentes manifestaciones, deja ver que -a pesar de estar rodeada por rejas- a la sede del poder central bonaerense poco le quede de la cobertura blanca original.

Otro edificio fundacional cuyo estado es deplorable es el que alberga al ministerio de Seguridad de la Provincia. Tan descuidado está que parece venirse abajo. Con la pintura descascarada y faltantes de molduras en la fachada, perdió hace rato el brillo que lo caracterizó durante décadas. Por otra parte, es ciertamente deplorable y peligroso el estado que muestran las veredas perimetrales, en especial la que corre a lo largo de la calle 3.

El informe publicado en este diario destaca, asimismo, que son muchos los edificios que esperan imprescindibles trabajos de refacción y mantenimiento, entre ellos el Pasaje Dardo Rocha, el complejo cultural de la Comuna que, con más de un siglo de vida, padece las consecuencias de un entorno degradado: suciedad, grafitis, restos de carteles pegados y residuos acumulados se combinan hoy en una deslucida postal.

Estas situaciones, que afectan a un valioso patrimonio que debe ser cuidado, que también inciden sobre la actividad cotidiana de miles de personas que acuden a esas sedes para realizar trámites y a quienes trabajan en ellas, resulta especialmente lamentable en una ciudad que, como la nuestra, sigue aspirando a ser declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, entre otros motivos por la calidad que desde la fundación exhibieron los palacios gubernamentales.

 

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