Un tácito contrato con los votantes que se rompió

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Después de largos meses, pero sobre todo, después de las dos semanas más complicadas para el gobierno de Cambiemos en la Provincia, los principales dirigentes de esa Alianza, reeditaron ayer una jornada de timbreo.

“Hay que dar la cara”, fue la orden que, palabras más, palabras menos, bajó desde la Casa de Gobierno María Eugenia Vidal, golpeada por el escándalo de los aportantes “truchos” para la campaña electoral del año pasado.

Los números de las encuestas, hoy por hoy, no favorecen a la actual gestión, aunque la gobernadora aun mantiene un margen de imagen positiva que la coloca por encima de la del presidente Mauricio Macri.

Mientras se esperan novedades judiciales, Puertas adentro del PRO el tembladeral de la denuncia de la senadora kirchnerista María Teresa García no está cerrado, ni mucho menos. Cambiemos -con Vidal a la cabeza- había establecido un tácito contrato electoral con sus votantes. Llegaban a la Provincia para mostrar una nueva forma de gestionar la política, y se ubicaban en las antípodas del modelo que los precedió.

Los aportes “truchos” a la campaña, sin embargo, parecen empeñados en demostrar que al menos en una oportunidad, ese tácito contrato no se cumplió.

¿Le puede pasar al PRO? Si nos atenemos a los estándares comunes de la política autóctona, uno está tentado a responder por la afirmativa.

¿Le debió pasar al PRO? Si uno se atiene a los discursos, a las intenciones y a las promesas, definitivamente, no.

Mal de muchos, consuelo de tontos, dice el refrán. Pero también es cierto que esta modalidad de “blanquear” el dinero negro de la política volcando padrones, no es nueva ni privativa de un partido político.

Cuentan en La Plata que un alto funcionario de la comuna local -radical de origen- aparece aportando $10.000 para la campaña del FpV. Pero de la misma forma, dentro de la alianza en el gobierno, son muchos los que preguntan como es posible que la gran mayoría de los candidatos que encabezaron las listas de concejales aparezcan aportando todos la misma cantidad de dinero.

Carlos Arroyo, intendente de Mar del Plata, no tuvo empacho en reconocer que él, pese a aparecer en la lista, no había aportado fondos. No sería el único. Así como los candidatos a concejales aparecen con aportes por $10.000, los intendentes bonaerenses figurarían con aportes de $30.000. Son varios los que no recuerdan haber hecho tal depósito. Pero, por ahora, prefieren debatirlo puertas adentro del partido.

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